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Inundación en el municipio en el que reside Rosa Fernández Moreno. El Norte

«El agua me llegaba por encima de la cintura»

Rosa Fernández, residente en Alemania con raíces en Zarzuela del Monte, relata cómo ha tenido que salir de Odendorf ante las graves inundaciones que han devastado el país

Sábado, 17 de julio 2021, 22:13

La cifra de muertos en las graves inundaciones que asolaron Alemania supera el centenar, dejando un panorama desolador y una situación más que complicada también para los españoles que residen en Alemania. Una de estas personas es Rosa Fernández Moreno. Nació en Madrid, pero tiene raíces segovianas. Su madre es de Zarzuela del Monte y tiene familia en la localidad segoviana.

Vive en Odendorf desde el año 2012, un pueblo ubicado en el municipio de Swisttal, en el distrito de Rhein-Sieg Kreis, y situado aproximadamente a 20 kilómetros al suroeste de Bonn. Allí reside con su marido (es alemán), y dos de sus tres hijos. «Es una zona bastante planita».

Rosa Fernández nunca olvidará la noche del pasado miércoles, aunque trata de no perder el buen sentido del humor a través de la línea telefónica. «Llovió muchísimo, de forma muy intensa todo el día y como la presa ya estaba alta, se desbordó. Al desbordarse, el agua entró en la canalización de los desagües de las casas y lo que pasó es que la canalización se saturó y los sótanos, que aquí muchas casas en Alemania tienen sótanos que están por debajo del nivel de entrada digamos de una planta, se inundó y me llegó el agua hasta por encima de la cintura».

Recuerda que estaba muy pendiente del resto de la vivienda, «pero por fuera de la casa no me entró nada de agua. Estaba todo el rato mirando porque como llovía tanto y el jardín tenía tanto agua... miraba por todos los sitios que podía entrar agua, pero nada... Recuerdo que iba a planchar, no había luz, así que bajé al sotano a mirar el cuadro de luces, y me di cuenta que el primer escalón estaba lleno de agua. A partir de ahí subió el agua como un metro... Imposible de achicar, me salía agua por el desagüe de la pila y también de la caldera, salía el agua a borbotones... Me tuve que meter para intentar taparlo porque si no me inundaba toda la casa; fue así, de improvisto».

No fue la única. «Todo el mundo estaba intentando salvar sus sótanos porque los bomberos no daban a basto para cosas más emergentes y nos dijeron que durmiéramos en la parte de arriba de las casas y el que no tuviera parte de arriba, que se fuera al colegio por el peligro de rotura de la presa», dijo, refiriéndose a la presa de Steinbachtalsperre, que se encuentra a unos ocho kilómetros de distancia. «Como a eso de la una de la mañana pasó un coche y fue avisando por megafonía que se subieran a dormir a la parte de arriba de las viviendas», dijo.

Ese ha sido el gran peligro. «Que se inunde un sótano cuando llueve mucho, no voy a decir que sea corriente, pero es muy probable, puede pasar, pero de la manera que pasó el miércoles, no... porque no estaba solo vinculado a la lluvia, sino que estaba más vinculado con el desbordamiento de la presa», añadió.

Su familia

Las preocupaciones nunca vienen solas. «A mí me pasó que mi hija estaba en Bonn con un amigo que había venido a verla. Quisieron volver, pero los trenes no iban. Avisaron a mi marido, que trabaja en Bonn y los recogió, pero a partir de ahí perdí el contacto con ellos. Se cayó la luz y no había comunicación por teléfono. Me llamaban de vez en cuando, pero se cortaba. No había manea de llegar a casa porque las carreteras estaban inundadas, así que se quedaron a dormir en un restaurante que habilitó una zona para que durmiera la gente». Allí pasaron la noche.

«A la mañana siguiente tampoco pudieron llegar a casa y se fueron a Colonia porque uno de mis hijos vive allí. Y como parecía inminente el riesgo de evacuación por lo de la presa y como estaba sola en casa, en lugar de esperar a que me evacuaran me cogí el coche, una botella de agua, algo de comer y una vela y salí a ver si era capaz de llegar a Colonia. Me costó un poco pero pude llegar. Luego hablé con una amiga y ya me dijo que habían evacuado a todo el mundo del pueblo. Y de otros, claro».

De momento, y a la espera de regresar a su casa, «dicen que en cuatro días, a lo mejor el lunes, podemos volver», reside en una zona algo más tranquila, a cien kilómetros, en casa de sus suegros, con su marido y su hija. Su otro hijo reside en Colonia.

«Lo que es avalancha de agua yo no he visto. Lo que sí vi es cómo subía el agua por el sótano. Por lo que sé, la presa todavía no se ha roto. Están intentando achicar todo el agua posible para quitar la fuerza y parece que han podido bajar el nivel unos dos centímetros. Todos han sido evacuados y no hay luz», añadió.

«No sé los destrozos que habrá causado el agua; espero que esté como lo dejé porque antes de irme un vecino me dejó una bomba, estuve achicando y se quedó como dos o tres dedos de agua en el sótano. A partir de ahí ya no sé. Si no se rompe la presa o cuando abran las compuertas, sino pasa nada, con suerte solo se volverá a inundar el sótano. Eso espero, que al menos la encuentre como la dejé».

Aún así, asegura que no se puede quejar. «Estamos todos bien. Lo pasé mal la noche del miércoles porque estaba sola y no podía hablar con mi familia; encima ves que el agua sube y no paraba de subir y subir...».

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