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José Luis Lorenzo, responsable de la protectora El Cordel de Ciudad Rodrigo, encargados de recoger a los animales que aparecen en los pueblos de la provincia.

La crisis y los desahucios aumentan el número de animales abandonados

En los últimos años cientos de personas han acudido a asociaciones salmantinas para que se hicieran cargo de sus mascotas ante la incapacidad de mantenerlos por su situación económica

ELENA GÓMEZ / WORD

Lunes, 1 de diciembre 2014, 12:36

Laika es una perrita, de unos dos años, cruce de mastín con perro pastor que, en la pasada primavera, apareció abandonada en un pueblecito de la Sierra de Béjar. Era la cuarta en un mes y, en pocas semanas, aparecieron otros dos casos. Tras unos días sin que nadie la reclamara, una vecina amante de los animales -que la había estado alimentando y había llamado al Seprona para comprobar que no tenía chip- se la quedó en acogida.

Como Laika, cientos de animales son abandonados cada año, una situación que, según explican las principales protectoras y asociaciones de la provincia, se ha acentuado en los últimos años, cuando la crisis se ha hecho más profunda y muchos han tenido que abandonar sus casas por culpa de desahucios -o para no llegar a ellos- desplazándose a casas de familiares o a otras de alquiler donde sus animales, para muchos una parte más de la familia, no eran aceptados.

Otros, sea por una situación de crisis, por el parto de una camada no esperada, por no poder utilizarlos para ciertos fines -especialmente la caza- o por cualquier otro motivo (que en algunos casos también motivan a los propietarios a acudir a las protectoras), acaban en las calles. Y eso en el mejor (o menos malo) de los casos, ya que las protectoras denuncian que otros acaban, directamente, ahogados, ahorcados o tirados al contenedor de la basura.

En el año 2013, Scooby -una protectora con sede en Medina del Campo (Valladolid) que tiene el convenio de recogida de animales con el Ayuntamiento de Salamanca desde marzo de 2013- recogió en la capital charra 178 animales (principalmente perros y gatos, aunque también se han encontrado gallinas, patos o caballos). En lo que va de 2014 -entre enero y octubre, ambos incluidos- esta misma protectora se ha hecho cargo de 132 animales.

En la protectora El Cordel, situada en Ciudad Rodrigo y que mantiene el convenio de recogida con la Diputación de Salamanca, recogen alrededor de 200 animales por año, en unas 120 actuaciones diferentes (en las que a veces se encuentran con más de un animal o incluso con camadas enteras).

Es decir, de manera oficial, se recogen cerca de 400 animales -especialmente perros y gatos- por año en nuestra provincia. Pero son muchos más.

Eso lo saben bien algunas protectoras como la de la Asociación Salmantina Protectora de Animales y Plantas (Aspap) que llevan 30 años trabajando en este sentido. Su portavoz, Fredes Barbero, asegura que a lo largo del año pueden realizar unas 70 actuaciones, llegando a tener, actualmente, 80 animales en su nuevo refugio Algarabía, situado en El Pedroso de la Armuña. A ello, hay que sumarle la atención a algunas colonias de gatos, como la del cementerio de Salamanca «donde hay más de 50 animales».

En Fundación Luna, los datos son aún más altos y es que, durante el año 2013 llegaron a recoger 256 animales. Una cifra que este año ha aumentado hasta 287, a falta de agregar los del mes de diciembre.

El Hocico, otra conocida asociación salmantina, recoge unos 220 animales al año, según su portavoz Lucrecia Carrera.

Es decir, si sumamos todos estos datos, nos encontramos con que cada año se están abandonando cerca de mil animales en nuestra provincia. Y eso sin tener en cuenta los animales recogidos por asociaciones más pequeñas, por particulares que nunca se ponen en contacto con las asociaciones o aquellos animales de los que nunca se notifica su abandono ni llegan a ser recogidos por nadie, quedando su caso en total desconocimiento por parte de las instituciones y de los colectivos que trabajan por los animales.

Concienciación

Desde las protectoras, tanto las que tienen convenios con las instituciones, como las que reciben subvenciones o las que funcionan únicamente con las aportaciones de sus socios y las donaciones de particulares y empresas, insisten en que es fundamental la concienciación por parte de la sociedad y de las propias instituciones ante este problema.

«Nuestro trabajo no se queda solamente en la recogida, de hecho en ese sentido actuamos dentro de nuestras posibilidades, pero es muy importante luchar porque las leyes sean efectivas y se persiga y castigue el maltrato y el abandono animal», señala Fredes Barbero, de Aspap.

José Luis Lorenzo, responsable de la protectora de Ciudad Rodrigo asegura que el gasto anual que supone mantener esta protectora y dar el servicio de recogida a toda la provincia puede variar «entre los 20.000 y los 25.000 euros», por lo que «el convenio hay veces que llega y otras que no».

Cuando no llega, la solidaridad de la gente a través de donaciones monetarias, entrega de comida o incluso como casa de acogida, se convierte en fundamental, algo que también pasa en el resto de protectoras.

La concienciación no solo se queda, según las asociaciones de animales, en no abandonar o maltratar animales, sino también en la castración de los mismos para evitar camadas indeseadas y en tomar la opción de la adopción antes que la de la compra de animales.

En este sentido, casi todos aseguran que, en líneas generales, las adopciones se han mantenido «aunque siempre tenemos menos de las que querríamos», señala Julio Ceballos, de Fundación Luna. «Los cachorros pequeños y de razas pequeñas siempre se adoptan antes que los perros grandes o mestizos», matiza Lucrecia Carrera, de El Hocico. Por su parte, la Diputación de Salamanca a través de Pedro Martínez, director de gestión de Servicios Urbanos, data las adopciones en un «70% sobre los casos que se recogen cada año».

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