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El Real Valladolid ofrece dos caras para ganar en Cornellá
Los de Sergio ofrecieron una buena primera mitad y tras el descanso sufrieron incluso jugando en superioridad por la expulsión de Calero
El Real Valladolid sumó su segunda victoria de la temporada en el campo de un Espanyol que aún no conoce la victoria en Cornellá. Un penalti sobre Plano en la primera mitad, que transformó Míchel, y un tanto del propio Plano con el tiempo prácticamente cumplido hicieron justicia a un Valladolid que demostró dos caras en su visita al Espanyol. En la primera mitad, tras un inicio dominado por los catalanes, el conjunto de Sergio controló el choque, el balón, jugando con criterio y haciendo de Diego López el mejor de los locales. Tras el descanso, el Pucela se olvidó de jugar y solo la expulsión de Calero resucitó a unos blanquivioletas que parecían condenados como mal menor al empate. Con uno más, los de Sergio respiraron, pero fueron incapaces de controlar el partido aunque se llevaron los tres puntos en juego.
Espanyol
Diego López, Javi López, Naldo, Calero, Didac (Lei, min. 62), Mar Roca, Víctor Sánchez, Darder (David López, min. 67), Pedrosa, M. Vargas (Piatti, min. 73) y Calleri,
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Real Valladolid
Masip, Moyano, Salisu (Joaquín, min. 62), Kiko Olivas, Nacho, San Emeterio, Míchel, Plano, Toni Villa (Porro, min. 74), Sandro (Ünal, min. 60) y Guardiola
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Goles: 0-1. Min. 25: Míchel, de penalti. 0-2. Min. 93: Óscar Plano
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Árbitro: Cuadra Fernández. Amonestó a Víctor Sánchez, Javi López y expulsó a Calero, min. 62 con roja directa por falta sobre Guardiola.
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Incidencias: Partido de la séptima jornada de liga, disputado en el estadio de Cornellá. 20.911 espectadores. Hubo pausa de hidratación en los dos tiempos.
La baja de Alcaraz devolvió a Míchel a la titularidad junto con San Emeterio, Plano y Toni en el centro del campo. Y el equipo lo agradeció. Sandro tuvo la primera ocasión apenas comenzado el choque tras un exquisito control orientado, pero fue el Espanyol el que tomó el mando del partido. Tras esa acción del ex azulgrana, el Pucela se echó atrás, colocó dos líneas muy juntas casi al borde de su área y se dedicó a defender tal y como había comentado Sergio en la previa, para crear las dudas y los nervios en un equipo que no atraviesa su mejor momento. Pero el Espanyol respondió con un asedio total al área de Masip. No le costaba llegar al área blanquivioleta porque los de Sergio defendían allí. Así llegaron las ocasiones de Calleri, que remató al poste y otra que sacó ins extremis la defensa visitante. Estaba claro que con ese planteamiento el gol no tardaría en llegar para los espanyolista y entonces despertó el Pucela. Adelantó sus líneas y comenzó a robar balones en el centro del campo. Además, la asociación en la zona de creación permitía al conjunto de Sergio llegar sin excesivos problemas a los dominio de Diego López. Una vez más fue Toni el que destapó la caja de los truenos con un robo, pase a Sandro y remate del murciano que Diego López desbarató con una espectacular parada. Fue solamente un aviso. El Pucela mandaba, jugaba y llegaba, mientras Masip se convertía en un mero espectador.
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A los 23 minutos, tras otra buena acción blanquivioleta que acabó en córner, Nacho puso el balón para que Olivas rematase a portería. Allí apareció de nuevo Diego López, sin duda el mejor local en la primera mitad, que despejó pero en el rechace, el Espanyol cometió un claro penalti sobre Plano por un manotazo al rostro. Míchel se encargó de anotar el 0-1. El gol desorientó al conjunto catalán y el Pucela mantuvo su dominio con llegadas al área y ocasiones como la de Sandro, tras otro excelente control que volvió a sacar Diego López.
El Pucela había sido claro dominador de la primera mitad, salvo quince minutos, y tenía el marcador a su favor, pero dejó claro también que cuando le lleguen el peligro es manifiesto. Dos ocasiones tuvo el Espanyol en los cuatro minutos de descuento, la primera en un rechace que Masip salvó in extremis, y con el tiempo ya cumplido, Olivas evitó el remate de Calleri en el área pequeña.
Tras el descanso el Espanyol salió a morder y el Real Valladolid, lejos de intentar sacudirse el dominio volvió a encerrarse en un cuarto de campo sin jugar absolutamente a nada. El balón le duraba al Pucela escasos segundos, mientras los catalanes controlaban el partido y se acercaban continuamente a los dominios de Masip. Pedrosa y Darder remataron fuera sendos disparos con marchamo de gol y poco después fuer Darder el que remató y Masip salvó con una excelente parada. El partido estaba claramente decantado para los periquitos y la sombra del empate volaba sobre Cornellá cuando un despeje llegó a los dominio de Calero y Guardiola. El de Boecillo intentó controlar el balón, pero el delantero balear estuvo más listo, le robó la cartera y el vallisoletano le derribó ganándose la expulsión. Casi todo cambió en el partido. En esa misma falta, Joaquín, que acaba de salir en sustitución del lesionado Salisu, marcó de cabeza, pero el VAR anuló el tanto por un fuera de juego de escasos centímetros. La expulsión y el tanto anulado sentaron como un jarro de agua fría a un Espanyol condenado a no ganar en Cornellá. Se lanzó con todo el conjunto periquito para buscar al menos el empate y ahí el Pucela evidenció un miedo atroz, un pánico escénico total.
El último cuarto de hora fueron de un descontrol total. El Pucela incapaz de tener el balón a pesar de contar con un hombre más, el Espanyol tratando de llegar al área de Masip, bordeándola ante la pasividad de una defensa local metida casi en el área pequeña, donde cualquier acción, y más ahora con el VAR, puede cambiar el rumbo del partido. Nadie en el Pucela tomaba el mando, nadie parecía querer el balón, y así transcurrieron quince minutos agónicos, con varias jugadas dudosas en el área blanquivioleta que hacía presagiar lo peor. Afortunadamente, cuando se cumplía el tiempo reglamentario, Plano acertó a rematar el único contragolpe con criterio que llevó a cabo el Pucela en la segunda mitad, y que significó el 0-2 definitivo y tranquilizador, sin tiempo para más.
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