«Casi se me sale el corazón al ver a mi madre a tamaño gigante»

Ese día, el martes de la semana pasada, vino a Palencia a hacer recados. Tenía que renovar en DNI y, de paso, se acercó hasta la Plaza de Abastos para ver el precio del lechazo, que le habían dicho en el pueblo, en Villamuriel, que estaba barato. Posteriormente decidió pasear por la Plaza Mayor. A la altura de la terraza del Don Jamón, ya la vio. «¡¡Pero si es mi madre!!», exclamó al ver una fotografía gigante de Leonarda Garrido, justo delante del Ayuntamiento, dentro de una de las exposiciones en la calle del Festival Internacional de Fotografía de Castilla y León.

«Casi se me sale el corazón al verla, de verdad», rememora Mariano Villán, que se acercó con premura hasta el retrato de su progenitora. Ya no se quería mover de allí. A todos los que se paraban ante la instantánea se lo decía: «¡Es mi madre! Está muy guapa, ¿verdad?». Esa misma imagen, en tamaño pequeño, en 20x20 y enmarcada, la tiene en su casa.

Al poco tiempo de que Mariano se acabara de reencontrar con la imagen de su madre, pasó por allí Alejandro Nicolás Pérez García y le vio tan emocionado, que se acercó a ver. «Mi mujer y yo le preguntamos que qué le pasaba y nos contó la historia y nos encantó», rememora. Alejandro le hizo fotos con la gigante instantánea en blanco y negro de Leonarda y se hicieron una llamada perdida para guardar sus contactos, con la posterior promesa de enviarle todas las imágenes que había tomado con tanto cariño.

Pero justo al día siguiente, le quitaron el móvil en Valladolid, antes de que pudiese mandarle las fotos y guardar su número de teléfono. «Por eso conté la historia en Facebook, para tratar de dar con él. Nada más ponerlo en redes, yo me quedé alucinado porque le localizaron casi al momento», señala Alejandro Nicolás Pérez García, sorprendido por tanta repercusión.

Mariano también fotografió a su madre, con la mano temblorosa de la emoción con el móvil a lo lejos, desde donde la vio por primera vez, y después se hizo él mismo una foto al lado de la de Leonarda para enviarla al 'whatsapp' de la familia y compartir con todos los suyos ese feliz momento. «En el grupo estamos mis tíos y mis primos, y al principio pensábamos que era un montaje, pero yo solo pensaba que mi padre este tipo de cosas no sabe hacerlas», explica Teresa Villán, hija de Mariano, que vive en Sevilla y cruza los dedos para que quiten el cierre perimetral pronto y pueda venir a ver a su abuela en la exposición de la Plaza Mayor.

«Mis primos y mis tíos sí que han podido ir y les he dicho que se hagan todos una foto allí. La verdad es que nos ha hecho mucha ilusión a toda la familia. Lo hablábamos las primas que, de todas las imágenes que tienen de Ampudia de esos años, que hayan elegido a nuestra abuela nos emociona, estamos como que fuese famosa», comenta con alegría.

Leonarda Garrido, que falleció hace seis años, tenía 19 años cuando Álvaro de Castro la inmortalizó para siempre, sobre el año 1948. «Mucha gente me ha dicho que parece una actriz de Hollywood», repite Mariano, aún emocionado cuando habla del reencuentro con la foto de su madre.

Esta imagen que preside estos días la Plaza Mayor ya la conocían. Y es que hace cuatro años Teresa Villán se puso en contacto con Luis Alfonso de Castro -hijo y nieto de Álvaro de Castro- para pedirle fotos antiguas de su familia en Ampudia. Iban a juntarse todos, se reunieron más de cuarenta personas en una celebración en Valladolid, y pensó que les haría mucha ilusión ver alguna imagen antigua, desconocida hasta el momento, de algún miembro de su familia. Y este es el único motivo por el que todos ya conocen esta foto, porque el artista gentilmente se la envió.

Los hijos de Leonarda Garrido tienen una cita este mismo sábado, dentro de 48 horas escasas. Van a acudir todos juntos a la Plaza Mayor de la capital palentina para hacerse una foto con su madre. «Eso es lo que tenemos pensado hacer, a ver si podemos llevarlo a cabo», concluye Mariano Villán.