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Hace un año y un día, el 30 de agosto de 2019, Urko Otegui se asomaba al balcón del Ayuntamiento para dar el pistoletazo de salida de las fiestas de San Antolín. Se despedía del Palencia Baloncesto y de la ciudad siendo el pregonero popular. Los palentinos se anudaban la pañoleta con intención de encarar varios días de festejos y vivir San Antolín en la calle. 365 días después no queda nada. Sobreviven las ferias de artesanía, libro y cerámica, actos culturales y una programación deportiva alternativa.
El mercadillo se volvía a instalar ayer en el recinto ferial, el mismo espacio que debería estar ocupado estos días por atracciones y algodón de azúcar. La jornada de ayer, junto la del día del patrón, eran las que más movimiento generaba. Y eso ayer no existió, incluso se agravó con unas temperaturas que te obligaban a sacar la manga larga.
Todo esto se ha traducido en otra colleja para sectores como la hostelería y el comercio. Precisamente estos días son de los que más facturan en el año y para esta semana, esos ingresos, se han evaporado y ya no volverán. Como sucedió con la Semana Santa, el Palencia Sonora, el verano... «El mayor problema es que seguimos con aforos del 50% y que tenemos que cerrar pronto por la noche. Aunque se llenaran bares y restaurantes, cosa que no va a suceder, no alcanzaríamos las cifras de otros años por San Antolín», apunte Jorge Luis de Miguel, presidente de la Asociación de Empresarios de Hostelería de Palencia.
«La clientela son los vecinos de Palencia. No tenemos un gran aliciente para que vengan las personas de fuera. Antes había toros o los carruseles de la feria, lo que significaba que la gente permanecía esos días en la capital», detalla De Miguel, que resume con un ejemplo particular la situación en San Antolín. «Otros años para el día del patrón, empezaba a decir que no había sitio para comer ese día dos semanas antes. Ahora es verdad que para el 2 de septiembre estamos completos, pero evidentemente con el aforo reducido. Para el resto de días no tenemos nada, lo que se genere esa jornada», afirma resignado el presidente de la Asociación de Empresarios de Hostelería en Palencia.
Una situación similar vive el comercio desde que se inició la desescalada en el mes de mayo. El miedo a acceder a un establecimiento se suma a otras connotaciones negativas por el simple hecho de tocar algo expuesto. Para San Antolín, las expectativas no variarán, aunque jugarán un papel importante para devolver a los palentinos a la calle. Las tardes de esta semana los establecimientos abrirán sus puertas con el objetivo de dar un servicio a la ciudadanía y aprovechar la ocasión para aumentar el volumen de ventas. Tan solo el 2 de septiembre, fiesta local, sus negocios bajarán la verja. «Pedimos para ese día que los palentinos no visiten centros comerciales de provincias limítrofes y piensen en el comercio de su ciudad. El sector está dañado y no queremos que caiga ninguna empresa», manifiesta el presidente de la Federación del Comercio Palentino (Fecopa), Fernando Tejerina, que reconoce el gran trabajo de los sindicatos para abrir las tardes de fiestas. «Hay que reconocerlo. Es un hecho que puede venir bien a todo el sector», añade.
Aunque aún es pronto para cuantificar el volumen de ventas, desde Palencia Abierta se espera que sea un gran impulso para los negocios. «Entendemos que al abrir por la tarde puede ser bueno para el comercio y para la ciudad, que estará más animada. Vemos que la programación evita aglomeraciones, que es de lo que se trata. No dejamos de ver alicientes como lo de los posavasos en la hostelería», señala María José López, presidente de Palencia Abierta.
Para dinamizar el comercio, el Ayuntamiento ha lanzado la propuesta 'Palencia de Corazón'. La mecánica de esta original idea es repartir 10 cheques de 300 euros entre todos aquellos que participen al comprar en cualquiera de los 250 establecimientos participantes, momento en el que recibirá una de las 40.000 papeletas editadas y repartidas entre los mismos.
Y entre esas se mueve el comercio y la hostelería. Precisamente hace un año, Palencia acogía la corrida de todos de Enrique Ponce, Ginés Marín y Pablo Aguado, mientras que Demarco Flamenco llenaba el parque del Salón. Todo eso no se verá este año.
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