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Seis días permanecerá la pista de patinaje ecológica, compuesta por unas planchas de plástico blanco enceradas para deslizarse como si de hielo se tratase, en la plaza de la Inmaculada, a los pies de la Catedral de Palencia. Desde este jueves hasta el martes 7 incluido, los más pequeños y también los mayores podrán disfrutar de sesiones de veinte minutos cada una. Inaugurada a las 11 de la mañana, desde primera hora los más pequeños aprovechaban para patinar con toda la pista para ellos. «Me gusta mucho patinar, aunque es un poco difícil. Hemos venido pronto porque luego seguro que habrá muchas colas», afirmaba Mayte, acompañada por su padre y su hermano pequeño.
Por segundo año consecutivo, el Ayuntamiento de Palencia apuesta por la sostenibilidad sin perder de vista a los más pequeños y su diversión en esta recta final de las vacaciones navideñas. «Ya vine el año pasado y también me caí al principio, aunque luego fui patinando mejor», agregaba Mayte.
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Una pista sin generadores y sin la humedad característica del hielo tradicional, con unas medidas de 12 por 21 metros, 252 metros cuadrados, agrandándose con respecto a la del año pasado (que era de 10 por 20 metros) dado la gran acogida que tuvo. «Es una de las actividades que más demanda el público de la ciudad, porque es familiar y es muy bonita. Se ha hecho una ampliación y la idea es mantenerla e ir ampliándola para que cada vez tenga más tiempo y más espacio porque anima mucho la Navidad», señaló el concejal de Cultura, Turismo y Fiestas, Fran Fernández.
«La pista es de hielo ecológico, no tiene consumo elécrico y creemos que hay que apostar por este tipo de pistas sintéticas, como hacen los países del norte de Europa», añadió. Los monitores se encargan de ayudar a poner los patines y explicar la organización de una pista, que cuenta con alrededor de 150 pares de patines y cuatro deslizadores de apoyo infantil.
«Todo lo que pongan para disfrute de los niños, bienvenido sea», reconocía Carolina Mozo, que acudió a patinar por la mañana con sus hijas, Aria y Noa. «Les gusta muchísimo, solemos ir con frecuencia a Logroño a patinar», agregaba. Justo por detrás pasaba con soltura Henar, quien había aprendido a patinar en La Salle con los patines en línea y disfrutaba sobre la pista ecológica. «Me gusta la satisfacción de conseguir finalmente hacerlo bien, después de que al principio me salga mal», afirmaba con una sonrisa.
El horario de la pista de patinaje, con una capacidad de entre 40 y 50 personas, es de 11 a 14 y de 17 a 20 horas y la entrada tiene un precio de 2 euros.
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David S. Olabarri y Lidia Carvajal
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