Samuel Rodríguez hace saltar la banca en Las Vegas
El vallisoletano se proclamó campeón mundial de la World Natural Bodybuilding Federation (WNBF) en la capital estadounidense del juego
Cruzó el charco con la idea de competir y hacer un buen Mundial de culturismo natural. Con esa intención viajó a Las Vegas, a la capital estadounidense del juego, el vallisoletano Samuel Rodríguez Gómez (Pozal de Gallinas, 1992) hace unas semanas. Jugó y saltó la banca con la consecución del título mundial en talla baja de la World Natural Bodybuilding Federation (WNBF), organismo que vela por esta modalidad del culturismo. Fue, vio y venció.
El vallisoletano reconoce que fue una sorpresa. «En 2017 gané un Mundial. Iba con expectativas de hacer un buen papel en Las Vegas, pero ganar me parecía complicado porque el nivel ha subido mucho. La gente entrena más y mejor. La ciencia avanza mucho para mejorar aspectos como la nutrición», señala.
Menciona que mucho competidores españoles se quedaron con miel en los labios y no pudieron viajar a los Estados Unidos, «ya que en nuestro país se considera vacunado cuando has pasado la enfermedad y te han puesto una dosis, cosa que no es así en EE UU, donde se considera pauta incompleta si no tienes las dos dosis».
Samuel Rodríguez es además propietario de una instalación en Valladolid, Racks. Rooster Box, donde él mismo imparte clase de powerbuilding y posee una empresa en la provincia en la que fabrica jaulas de entrenamiento para la práctica de cross training.
El culturismo natural, como explica este campeón de Pozal de Gallinas, consiste en practicar este deporte sin recurrir al dopaje. «Estamos controlados todo el año y en cualquier momento te pueden llamar para realizarte una prueba. Tengo estar disponible en todo momento. En caso de positivo pagas una multa desde 15.000 euros y ya no puedes competir nunca más. No se andan con tonterías», subraya.
En Las Vegas, los controles fueron muy estrictos. Tuvo que pasar todo tipo de pruebas, incluido una de esfuerzo, ecocardios y analíticas. «Nos hicieron pasar incluso por el polígrafo antes de las pruebas de sangre y orina», recuerda.
A Samuel le ha tirado siempre el culturismo. «Toda la vida me ha gustado ir al gimnasio, pero en 2016 di el salto a la competición. He participado en dos Mundiales y ahora he conseguido entrenar con gente que admiraba cuando empecé. Ejercitarme con ellos ha sido increíble. Ellos provienen de megaurbes y yo les decía que venía de un pueblo de unos quinientos habitantes. Alucinaban. Me motiva poder entrenar con grandes culturistas» comenta.
Sin duda, el título mundial supone una recompensa a todo el trabajo realizado por este gallinato, pero no el más importante. Esa es la consecución de la procard, la cima que busca todo culturista. A partir de conseguir la misma, ya se te considera un culturista profesional y solo puedes competir en campeonatos internacionales o en los absolutos de tu país. Además consigues, con la procard, la posibilidad de que la WNBF Spain te conceda becas para costearte viajes. En estas competiciones ya hay premios económicos para los primeros clasificados. Ya pasas a ser un profesional del culturismo.
Samuel Rodríguez, como de bien nacido es ser agradecido, alaba el apoyo que ha tenido en su pueblo para poder acudir al Mundial que se celebró en el hotel-casino The Linq de Las Vegas. Contó con el apoyo del Ayuntamiento de Pozal de Gallinas y de varias empresas de la comarca. «Solo el vuelo costaba mil euros», recuerda. «Pero la experiencia lo vale. Inviertes todo lo que tienes con la intención de llegar a convertirte en profesional de este deporte».
«Una carrera de fondo»
La posibilidad de contar con la procard le abre la opción de tomar parte en el circuito profesional de los Estados Unidos. Su objetivo es participar en el mismo en el año 2023 y también repetir en el Mundial que tendrá lugar ese mismo año, competición que se celebrará en territorio estadounidense. «Tengo tiempo para estar listo para ello. Este último Mundial lo prepare durante dos años. Ahora, ya como profesional, estoy obligado a esforzarme aún más y dedicarle todo lo que pueda. Ahora eres profesional y deja de ser un hobby», argumenta.
No esconde su felicidad por haber conseguido la ansiada procard. «Hay gente que la obtiene ya en la cuarentena. Yo lo he hecho con 29 años, lo que es un motivo de satisfacción. Soy joven, pues los grandes físicos en este deporte consiguen la plenitud entre los 36 y los 40 años. Este deporte es una carrera de fondo», concluye.
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