«Necesitaremos al menos un mes de readaptacion si se reanuda la Asobal», asegura David Fernández

–Lo primero, ¿cómo lleva el confinamiento?

–Bien. Nos envían un 'planinng' con el entrenamiento semanal. Lo mandan el preparador físico y el readaptador que vigila la lesión de menisco que me llevó al quirófano, trabajo con el que fortalezco la rodilla y evito lesiones.

–¿Qué tipo de entrenamiento realiza en casa?

–Sentadillas, flexiones, circuitos... Ahora nos mandan otro tipo de sesiones, de body combat o zumba, para que la cosa no sea tan monótona y repetitiva. Se busca que no todos los días sean iguales.

–En casa resulta muy complicado mantener el nivel físico más adecuado para un jugador profesional de balonmano.

–Resulta casi imposible. Te puedes mantener, pero no al ritmo que exige la competición. Intentas no subir de peso o no bajar el tono físico demasiado, pero estás lejos del nivel de competición. En verano paras dos meses y ya llevamos uno. Hace falta un tiempo de readaptación para regresar a las pistas en condiciones.

–¿Cree que volverá este año la Liga Asobal?

–Espero y deseo que no. Como mucho se puede extender hasta junio. Quedan once partidos y no hay mucho tiempo para concluir la competición. Si se hace con prisas, el riesgo de lesión será altísimo. Hay que pensar más en la seguridad y la integridad del jugador. Se debe concluir y luego que decida quien corresponda los equipos que suben, bajan o van a jugar en Europa la temporada que viene.

–Los jugadores no están mucho por la labor de que se retome la Asobal. Existe temor a que se reinicie y pueda haber positivos por coronavirus.

–El riesgo de contagio es alto, ya que el balonmano, no lo olvidemos, se trata de un deporte de contacto. ¿Qué pasaría si un jugador da positivo? Podría infectar a los compañeros e incluso a su familia. La salud es lo más importante y no se puede jugar con ella.

–Hablan de 10-15 días de una especie de pretemporada antes de volver a competir.

–En ese plazo de tiempo puedes alcanzar el 50% del nivel necesario para competir. Llevamos muchos días parados. En verano resulta más fácil mantener la forma porque puedes salir a correr o ir un rato al gimnasio. Ahora no, solo puedes trabajar con autocargas. Creo que al menos necesitaríamos un mes de tiempo para volver a jugar en buenas condiciones.

–La intención es alargar hasta el 30 de junio para acabar la temporada, pero hay jugadores que finalizan su contrato antes de esa fecha.

–Yo, por ejemplo, tengo contrato hasta el 15 de junio. Entiendo que, si tengo que jugar hasta el 30, debo pedir permiso a mi nuevo club (el Wisla Plock polaco) para poder hacerlo. ¿Y si me lesiono en ese periodo? Podría tener problemas, ya que yo sería el responsable. Asumirías un riesgo muy alto.

–¿Cómo lleva el polaco?

–No tengo ni idea de ese idioma. Estoy con el inglés, ya que le entrenador me ha dicho que se manejan en esa lengua, pues es un equipo con muchos jugadores de fuera. El polaco es muy complicado. El entrenador es español, Xavi Sabaté, y hay dos jugadores también de la misma nacionalidad: Álvaro Ruiz y Nico Mindegia. Los dos centrales, los jugadores con los que mejor me tengo que entender en la pista, son españoles, lo que me lo pone más fácil.

–Los Juegos se han aplazado un año. Quizá tenga la oportunidad de disputarlos en 2021.

–Se irá viendo si tengo posibilidades a lo largo de la próxima temporada. Me gustaría acudir, aunque me conformo con al menos crear dudas en el cuerpo técnico de si deben llevarme a Tokio o no. Hay jugadores muy contrastados por delante en la selección, pero soñar con ir no cuesta nada.

–¿Se le hace muy duro abandonar León?

–Mucho. Es como mi casa. Mi padre es de León, ya le tenía cariño y ahora, después de estos años, mucho más. Resulta duro cambiar de ciudad y compañeros, pero hay que pensar en el futuro. Me duele más porque no me voy a poder despedir en la cancha aunque se reanude la competición, ya que se haría a puerta cerrada. Una pena, pero son circunstancias que se dan y poco se puede hacer.

–¿Qué es lo primero que va a hacer cuando pueda salir de casa?

–Ir a ver a la familia, pues son muchos días de inquietud y solo hablando por teléfono. En cuanto se pueda, me planto en Valladolid.

–¿Qué es lo que más echa de menos estos días?

–No poder entrenar y no estar con mis compañeros. Existe una buena relación en el vestuario. Te gustaría tomar una cerveza o un pincho con ellos, pero no puedes hacer algo que era habitual y a lo que no dabas valor. Ahora seguro que se lo damos.