Adiós a la Copa del Rey

Tras el empate 23-23 en el partido de ida, ambos equipos volvían a encontrarse en lo que presumiblemente sería un nuevo encuentro no apto para cardiacos que es lo que caracterizan los enfrentamientos entre santanderinos y pucelanos desde hace un par de temporadas en la que coincidieron en la División de Honor Plata.

Fiel a la tradición la primera mitad transcurrió con una ligera iniciativa en el marcador del conjunto santanderino en los primeros diez minutos gracias al acierto desde los nueve metros de Amarelle al que el 6-0 defensivo del conjunto de Nacho González se las vio y se las deseó para frenarle.

Un par de intervenciones de César Pérez en portería y las finalizaciones a la contra y desde el extremo del sempiterno veterano Fernando sirvieron para que el Recoletas Atlético Valladolid tomase una renta de dos goles que fue manteniendo durante buena parte de la primera mitad.

Mediada este ecuador, y como viene siendo habitual en el conjunto vallisoletano, su técnico Nacho González daba salida a la segunda unidad con Daniel Dujshebaev, Miguel Camino y Jorge Serrano que, con tres goles, dio unos muy buenos minutos de descanso a Fernando Hernández.

Todo parecía discurrir por el buen camino para los vallisoletanos, que sin hacer un alarde de juego estaban por delante y se mantenían a pesar de los intentos cántabros para igualar el encuentro. Pero desgracidamente, un par de exclusiones sufridas por Dani Dujshebaiev, primero, y Víctor Rodríguez, después, por desplazar la pelota tras pérdida en ataque dieron lugar a que el conjunto de Reñones lograse empatar gracias al acierto de Postigo desde el extremo. Los errores se pagan muy caros en esta competición donde la igualdad es máxima entre muchos de los equipos de la tabla. Y de esta manera, la igualdad se mantuvo hasta la llegada del descanso con un 15-15 que dejaba las espadas en todo lo alto para los siguientes treinta minutos.

La segunda mitad arrancaba con cambios en ambas porterías saliendo Javi Díaz y Ernesto Sánchez en sustitución de César Díaz y Makaria, poco afortunados en la jornada de ayer, aunque también hay que decir que las defensas tampoco estuvieron finas a la hora de frenar las penetraciones y lanzamientos.

Pero aquí comenzó a emerger la alargada figura del vizcaíno Pablo Paredes, que si bien estuvo perfectamente maniatado en la primera mitad por el 6-0 defensivo del Atlético Valladolid, en la segunda parte, con seis goles, fue imparable para el conjunto de Nacho González. Mientras en ataque, Fernando Hernández hacía lo posible y lo imposible por dar la réplica a los acertadísimo laterales del Sinfín. Al veterano y extraordinario jugador le acabó pasando factura el cansancio en la recta final con una pérdida de balón y el único error en el lanzamiento desde el extremo que le detuvo Ernesto Sánchez.

Así, en los últimos minutos, y con el partido entrando en los momentos decisivos donde los errores se pagan caros y los aciertos valen un triunfo fue el guardameta cántabro Ernesto Sánchez, con un festival de intervenciones, el que provocó que el conjunto santanderino llegase a las postrimerías del choque con la eliminatoria sentenciada ante un Recoletas Atlético Valladolid que vivió en exclusiva de los goles de un Fernando que estuvo muy poco acompañado en la faceta anotadora por el resto de sus compañeros en esta segunda mitad.

A falta de cinco minutos el 25-23 todavía daba opciones a los de Valladolid, pero ni hubo acierto ni capacidad para frenar las anotaciones de los cántabros, por lo que los de Nacho González quedan apeados de la competición copera por esta temporada, mientras que el Sinfín consigue clasificarse por primera vez en su historia en la cuarta ronda de la Copa del Rey, donde se medirá a uno de los otros siete equipos clasificados (Bada Huesca, Bidasoa y Guadalajara, de esta tercera ronda y el Frigoríficos Morrazo, BM. Villa de Aranda, Helvetia Anaitasuna y BM. Benidorm, clasificados del 5º al 8º puesto la pasada temporada. Los cuatro ganadores jugarán ya la fase final de la Copa del Rey.