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Estatua de Cervantes en la plaza de la Universidad de Valladolid. El Norte

Misterios, novedades y noticias falsas sobre Cervantes

El exhaustivo trabajo de Muñoz Machado, director de la RAE, descubre algunas facetas de su vida y desmonta tópicos muy extendidos

César Coca y Víctor Vela

Valladolid

Domingo, 24 de abril 2022, 00:24

El escritor español más influyente y leído en todo el mundo guarda todavía hoy (cuando se cumplen 406 años de su muerte, el 22 de abril de 1616;se le enterró un día después)no pocos secretos en cuanto a su biografía y solo investigaciones rigurosas están desmontando algunos tópicos que estuvieron en vigor durante siglos. El éxito del 'Quijote' no contribuyó a poner el foco sobre la vida de su autor, quien suscitó mucho menos interés de los biógrafos que Lope o Quevedo, con quienes tuvo una relación compleja por no decir mala a secas. El recién publicado estudio de Santiago Muñoz Machado, director de la Real Academia Española, un volumen de más de mil páginas con un gigantesco aparato bibliográfico ('Cervantes', Ed. Crítica), contribuye a arrojar luz sobre aspectos muy poco conocidos de la vida del escritor y a desautorizar otros que se revelan como invenciones bienintencionadas pero carentes de toda base.

Muñoz Machado no pierde una línea en desmontar disparates como el del Institut Nova Història, que asegura que el autor del 'Quijote' era catalán y que esta novela fue escrita originalmente en esa lengua. Sí se detiene en el debate sobre las distintas localidades que pugnaron por ser reconocidas como lugar de nacimiento, hasta que se impuso Alcalá de Henares. A partir de ahí, está su compleja vida familiar o su repetido intento de encontrar un empleo estable y bien remunerado en América. Entre las falsedades, sus estudios en Salamanca o la escritura del 'Quijote' en la cárcel de Argamasilla. Pero hay bastante más.

Hay un momento «importantísimo» en la biografía del escritor, asegura Santiago Muñoz Machado, y tiene lugar en Valladolid, donde Miguel de Cervantes se estableció en 1604, siguiendo el rastro de la corte de Felipe III. Meses después, un «juez injusto» lo involucró, tanto a él como a sus hermanas e hija, en el proceso por la muerte de Gaspar de Ezpeleta, «un noble de poca monta, pendenciero y burlador, herido gravemente en la puerta de la casa» que los Cervantes tenían en Valladolid. La descripción de este episodio, matiza el director de la RAE, no se puede reconstruir a través de documentos autobiográficos del propio Cervantes (siempre fue muy opaco con su vida personal), sino que la recreación puede hacerse a partir del expediente judicial que se conserva. Gracias a la documentación de ese proceso, pueden conocerse datos sobre cómo era la familia con la que convivía el autor de 'El Quijote', materia que hasta el siglo XIXhabía quedado ensombrecida y opacada en sus biografías. De hecho, cuando esta documentación salió a la luz (el estudio del caso por parte de Martín Fernández de Navarrete es de 1819), se intentó minimizar. Las biografías cervantinas, hasta ese momento, se habían centrado en ensalzar la gloria del escritor. Se le presentaba como «un personaje único», «un dechado de virtudes humanas elevadas a la máxima perfección». Y, sin embargo, lo que traslucía este expediente de Ezpeleta, eran las miserias del escritor, entrampado en un caso de dudosa honorabilidad. «Hay que imaginar la desolación ante la noticia de los esforzados investigadores que estaban escribiendo la vida ejemplar del más cabal, rector y admirable caballero», cuenta Muñoz Machado, quien recuerda que hay que llegar hasta finales del siglo XIXpara que se edite una copia del proceso (lo hace Ramón León Maínez en 'Cervantes y su época').

Pero, ¿qué pasó aquel lunes 27 de junio de 1605? Gaspar de Ezpeleta, hidalgo, natural de Pamplona, «galanteador de profesión y escaso en bienes de fortuna, fue herido de suma gravedad en las inmediaciones de la casa de Valladolid en que Cervantes vivía con su familia». Gracias a las declaraciones, se sabe que en aquella vivienda residían las hermanas de Miguel, Magdalena y Andrea. La hija de esta última, Constanza.Isabel, la hija del escritor (es la primera vez que se tiene noticia de ella, tenía entonces 20 años y era analfabeta). Y también vivía allí –en situación económica penosa– Catalina de Salazar, su esposa, quien no estaba presenta cuando fueron mandadas detener por el juez Cristóbal de Villarroel y encarceladas. Eran conocidas como las Cervantas.

Lío de faldas

«Gaspar de Ezpeleta pasaba el día en la más estricta ociosidad y, por la noche, dedicado a las aventuras amorosas», resume Muñoz Machado en este libro. «Entre las mujeres con las que se relacionaba estaba la bella esposa de un escribano de apellido Galbán. Esta relación provocó mucho revuelo en la sociedad vallisoletana».Y sigue:«Conocía Ezpeleta las amenazas de las familias del escribano Galbán y su esposa. El día de autos había entrado y salido de la casa del marqués y luego paseó con él a caballo hasta el anochecer. Mandó entonces a uno de sus pajes a buscar capa y espada de noche y se enderezó en sus quehaceres de ave nocturna». Había quedado cerca de la puerta del campo, en el Rastro nuevo, en unas fincas de reciente construcción entre las que estaba la casa de Cervantes y su familia. Allí fue agredido (por un hombre redondo de rostro, barba roja y no muy poblada). Al verse herido por la espada (en el lado izquierdo del vientre y el muslo derecho), don Gaspar pidió socorro a gritos. Algunos vecinos salieron de las casas cercanas. Al final, murió. Se iniciaron causas para esclarecer el altercado, con interrogatorios a testigos y vecinos de la zona. Una de ellas, Isabel de Ayala, declaró que en la casa de Cervantes «entran caballeros que esta testigo no conoce;más que de en ello hay escándalo y murmuración». Cervantes y sus hermanas, sobrina e hija fueron encarcelados 48 horas, a pesar de que los demás testimonios de los habitantes de la casa no confirmaron las acusaciones de Ayala. Cervantes declaró el 27 de junio de 1605. Tenía 50 años. Confesó conocer de vista a Don Gaspar y que estaba acostado cuando escuchó las voces de Luis Garibay, que le pedía ayuda para subir a un hombre herido.

Muñoz Machado recuerda que el proceso, más que esclarecer la muerte de Ezpeleta (determinó que Cervantes y su familia no tenía nada que ver), parecía encaminado a «aclarar las costumbres y devaneos de las jóvenes Cervantas». El expediente del caso supuso «un golpe muy duro para la f ama del escritor».«Se desvelaba que Cervantes era asiduo a los garitos de juego, y su moral, en lo que concierne a las relaciones sexuales, muy relajada, porque permitía que su hija fuese visitada, en la casa paterna, por un mancebo». Y todo esta información estallaba justo cuando el mundo «se asombraba y rendía ante una obra prodigiosa» que había salido de la imprenta apenas unos meses antes, en febrero de 1605: 'El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha'.

Estudios que nunca hizo y una reunión pucelana que no se dio

■ Estudiante de Salamanca

No se sabe si a cuenta de un llamado Zervantes con quien se ha confundido a veces al escritor, o por el afán de adornar su currículum con estudios superiores, varios biógrafos insistieron durante un tiempo en que el autor del 'Quijote' había sido alumno de la Universidad de Salamanca. Incluso se citaba a un catedrático de esta que aseguraba haber visto el registro de un alumno con ese nombre en un curso de Filosofía durante un par de años. Otros lo sitúan en la capital charra durante los meses en que no se tiene noticia veraz de dónde estuvo. Todo surgió de una novela atribuida a Cervantes, titulada 'La tía fingida', que cuenta unos hechos reales que ocurrieron en esa ciudad en 1575. Pero parece que la atribución de los estudios universitarios es falsa y que el afán de otorgar brillantez a su biografía llevó a algunos a situar al escritor en la universidad más célebre, que era además donde se formaban los llamados a llevar la administración del país.

■ La amistad/enemistad entre dos genios

Lope y Cervantes se respetaban mutuamente. El autor del 'Quijote' quiso triunfar como autor teatral pero llegó un momento en que se dio cuenta de que nunca igualaría al Fénix de los Ingenios. Sin embargo, a partir de la publicación de la primera parte de la novela de Cervantes, la relación se enconó. Muñoz Machado sostiene que, en el caso de Lope, parece responder más a las malas artes de quienes formaban su círculo de amigos. En una carta a un médico, se refiere a nuevos escritores y dice que «ninguno hay tan malo como Cervantes ni tan necio que alabe a don Quijote». El libro recuerda también cómo Cervantes, estando en Valladolid (lo contó en 'Adjunta al Parnaso')recibió una carta con un poema crítico atribuido (sin confirmación) a Lope.

■ Sospecha de homosexualidad

Todavía hoy algunos biógrafos sostienen o sugieren que Cervantes era homosexual y tuvo una relación con el alcaide de la prisión de Argel. Algunos indicios –la permisividad sexual que había en la ciudad, el hecho de que los intentos de fuga del escritor no culminaran con mutilaciones o muerte, como en otros casos– parecían avalarlo. Muñoz Machado sostiene que, al tratarse de una relación entre amo y esclavo, «las prácticas, si existieron», pudieron no haber sido «voluntarias para el sometido». En cualquier caso, parece confirmado que un enemigo del escritor, Juan Blanco de Paz, difundió la sospecha y anunció que denunciaría el caso al Santo Oficio para que tomara medidas. Una denuncia de «pecado nefando», como entonces era considerada la homosexualidad, era gravísima, por lo que el escritor preparó un expediente con declaraciones de testigos que le permitieran defenderse de la acusación. Ello le libró de la condena, pero no de la sospecha, que figuró en no pocas biografías.

■ Reunión imposible en valladolid

Muchos ensayistas, biógrafos y novelistas han especulado con la posibilidad de que Cervantes y Shakespeare se conocieran. Pudo haber sido durante un hipotético viaje del inglés a Valladolid. O cuando una delegación española se trasladó a Londres en 1604. En una entrevista concedida a este periódico –de ese asunto no habla en su libro–, el director de la RAE aseguró que no hay prueba de encuentro alguno entre ambos, ni en Valladolid ni en Londres. Es seguro que Cervantes no había leído nada de su colega. Y el autor de 'Hamlet' probablemente no pasó de unos fragmentos del 'Quijote'. Sí que es plausible la reunión en Valladolid en 1612 (con ocasión de unas justas literarias en beneficio de los trinitarios) que fijó la «conexión final» entre Cervantes y su mecenas, el conde de Lemos, a quien dedicó sus 'Novelas ejemplares'.

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