La muerte de Isabel Carrasco, un rencor largamente larvado
EL NORTE
Jueves, 15 de mayo 2014, 20:20
Montserrat Gonzláez y Triana Martínez, la asesinas confesas dee Isabel Carrasco, larvaron durante mucho,mucho tiempo, su rencor contra la presidenta del PP leonés y de la Diputación. Cargo destacado del partido de la gaviota en Astorga, Triana no logró entender nunca que fuera despedida pese a su buen trabajo. Pese a que conocía de sobra el carácter de Isabel Carrasco y su manera de pensar respecto a las personas que han de ocupar puestos en la función pública, quizá creía que nunca se vería afectada.
Isabel Carrasco era una política de las que nunca se casaba con nadie. Su frase de que ella decidía y por tanto eso le granjeaba problemas no era una pose. Todo lo contrario. Carrasco era una funcionaria pública -inspectora de Hacienda-, que había logrado su alto puesto con mucho sacrificio y muchos años de estudio. Su natural inteligencia, combinada con una incansable capacidad de trabajo, la llevaron a un puesto de mucha responsabilidad desde muy joven y nunca quiso que nadie cobrara sueldos públicos solo por pensar de una determinada manera. Criticaba a los socialsitas por ello en público y en privado, y no quería que a ella le dijeran lo mismo.
Por eso, cuando Triana perdió la oposición que se convocó para su puesto de trabajo en 2011, no tuvo empeacho alguno en despedirla. Era la ley, y la aplicó. Aquello descolocó a la joven, que terminó por no comprender nada cuando meses después el que había ganado la plaza renunciaba a ella y la presidenta decidía hacer desaparecer la plaza. Las puertas de la Diputación paracían haberse cerrado para la maragata. Y eso que ahora estaba contratada por el Parlamento de Navarra para un servicio de asistencia técnica. El montante total de los trabajos adjudicados a Martínez superaba los 10.200 euros, si bien sólo ha cobrado hasta ahora un total de 5.545 euros por el estudio que presentó.
Pero lo peor estaba por llegar. La Diputación, Isabel Carrasco al entender de madre e hija, reclamó a Triana el complemento especial que había estado cobrando en la nómina durante sus años en la institución provincial. Una cantidad importante: 60.000 euros. Triana recurrió a la justicia, y según informa ABC.es, hace cuatro días que supo que había perdido el contencioso y que el juez daba la razón a la Diputación.
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