Una voz amiga al auricular
El Teléfono de la Esperanza recibe sus primeras llamadas tras cinco años de espera
RAQUEL MARTÍNEZ
Jueves, 20 de marzo 2014, 14:18
¿Cómo describirían la sensación de alcanzar una meta muy anhelada durante años, el momento en el que por fin ves que todo el esfuerzo y el tesón empleado han valido la pena por llegar al objetivo? La veintena de voluntarios que integran el equipo del Teléfono de la Esperanza de Palencia se mostraban ayer exultantes de ver cómo la tenacidad tiene premio, y en su caso, este premio ha llegado en forma de número: 979 170 100. Esta es la línea telefónica que ayer comenzó a recibir las primeras llamadas de palentinos con problemas de soledad, familiares o personales, que buscaban una voz amiga al otro lado del auricular.
«El sentimiento que tenemos es de ilusión a raudales. Porque la esperanza no la hemos perdido desde 2009, cuando comenzó a gestarse este proyecto. Pero en el fondo tiene que ser así, ya que todo esto necesita de una preparación lenta, rigurosa y seria», explicaba ayer Maite Prada, delegada del Teléfono de la Esperanza en Palencia, en el acto de presentación de este nuevo servicio, celebrado en la Biblioteca Pública. Allí, se hizo un recorrido por la historia del Teléfono de la Esperanza a nivel general y a nivel particular en Palencia, de la prevención de la salud emocional y de la atención en crisis. Asimismo, los voluntarios hicieron una simulación de una llamada al Teléfono de la Esperanza «para que la gente pierda el miedo y vea lo que hacemos», indicó Maite Prada.
La presentación del Teléfono de la Esperanza se convirtió también en un llamamiento a los palentinos para que den el paso de colaborar como voluntarios. «Todavía nos queda mucho camino por recorrer, porque somos pocos, así que hacemos una llamada de atención al voluntariado, que la gente piense que ayudando te ayudas y que dar y recibir es lo que nos une», destacó la delegada en Palencia, quien enumera tres cualidades que deben tener los voluntarios. «Ganas de aprender, de iniciar un pequeño cambio en su vida y de ayudar, no se necesita ninguna habilidad», especificó.
Tras el acto celebrado en la Biblioteca Pública, los voluntarios se trasladaron a la sede del Teléfono de la Esperanza, en la calle Francisco Reinoso, donde comenzaron a recibir las primeras llamadas.
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