Los técnicos estudian el desplazamiento que afecta al puente de Juan de Austria

No hace falta ser un experto para observar que al puente de Juan de Austria de Valladolid le ocurre algo. Los cientos de conductores, sobre todo, y viandantes que a diario atraviesan el paso sobre el Pisuerga inaugurado hace 20 años pueden apreciar la inclinación de su calzada y, en especial, las grietas que lo recorren de arriba a abajo desde sus cimientos hasta la barandilla.

Un grupo de especialistas de la empresa Ceseco comenzaron ayer a realizar un estudio geotécnico de los pilares que sustentan el puente por el lado de la plaza que da nombre a la infraestructura. Para ello están empleando una máquina similar a las utilizadas para realizar catas, en este caso atravesando los bloques de hormigón desde un extremo de la parte peatonal en sentido a Parquesol para llegar al estribo, la pieza maestra que sujeta los arcos de 95 metros de longitud que sostienen la calzada superior.

Problemas en los pilares

Los trabajos, ordenados por la Concejalía de Urbanismo, buscan detectar las causas del desplazamiento sufrido por el puente en los últimos meses. «Con las perforaciones intentaremos determinar por qué se ha movido el estribo para concretar las posibles soluciones», señalaron fuentes de la empresa, que tiene su sede en la calle Turquesa del polígono de San Cristóbal.

Las primeras hipótesis con las que trabajan los operarios apuntan a daños causados por las aguas subterráneas que discurren bajo el cauce del río, a un posible defecto de fabricación en los pilares o a un desplazamiento del hormigonado por la propia plasticidad de la estructura, explicaron dichas fuentes.

Las soluciones, en cuanto se llegue al origen del movimiento, pasarían, en principio, por volver a pilotar la base del puente o inyectar hormigón al estribo. «No parece que los problemas vayan más allá como para tener que realizar obras de mucho más calado», indicaron descartando así inicialmente adoptar medidas más drásticas salvo que los resultados del estudio detecten posibles daños estructurales.

Basta seguir con la mirada la línea de la barandilla superior para ver los saltos que sufre el pasamanos de granito a la altura de las escaleras, también inclinadas notablemente, que sirven para bajar al parque de la ribera del Pisuerga. «Los daños parecen encontrarse en este lado del puente -por la plaza-», añaden los especialistas. Y allí precisamente pueden apreciarse las enormes grietas que recorren los bloques de hormigón y que dan fe de que algo no está bien en un puente con sólo dos décadas de vida.

Sin cortes de circulación

Los daños, pese a todo, no son alarmantes y los vehículos pueden seguir circulando con normalidad por el paso que une directamente Parquesol con el Paseo de Zorrilla. Las catas tampoco afectarán al tráfico rodado, sí al tránsito de peatones, dado que la máquina puede trabajar sobre la acera de ambos lados del puente sin ocupar la calzada.

Los trabajos se prolongarán durante los próximos días. Este periódico intentó ayer que el Ayuntamiento y la concejala del ramo, Cristina Vidal, facilitaran más información sobre los informes de los técnicos municipales del estado del puente, pero no hubo respuesta.

Asfaltado en agosto

El puente ya fue sometido a trabajos de rehabilitación durante el pasado agosto sin que, en apariencia, llegara a tocarse su estructura. Fuentes municipales indicaron entonces que aquellas labores consistieron en «la renovación del asfalto y de los elementos de seguridad del mismo -barandillas-». El puente, pese a todo, continuó luciendo las grietas que recorren su mediana y sus muros laterales por el lado de la plaza de Juan de Austria. El estudio determinará cuál es su origen.