
JAVIER PÉREZ ANDRÉS
Jueves, 19 de febrero 2009, 01:57
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No es fácil conseguir una foto de familia como la que protagonizan Rafael Miquel, vicepresidente del colectivo de asadores, Javier de la Fuente, director técnico de la IGP Lechazo de Castilla y León y Narciso Fernández, presidente de la Asociación para la promoción de la Marca de Garantía Lechazo de la Meseta Castellano y Leonesa. Sin duda, la representación más completa de los intereses que representan a los lechales de ovino de la región.
Los tres están unidos por dos sellos y una canal, en la batalla por defender la calidad y la diferenciación del lechazo en un mercado al que cada día llega más competencia y mayor confusión. Las cifras lo demuestran, según los tres responsables. «Solo el 20% de los lechazos-corderos que se consumen en Castilla y León son lechales, es decir, alimentados con leche materna y sacrificados entre los 25 y 30 días».
Hasta ahora el lechazo de Castilla y León no tenía competencia -ni dentro, ni fuera- pero, en los últimos años, comunidades como Navarra, Extremadura, Aragón, Castilla la Mancha, entre otras, han acentuado la promoción y la comercialización de sus «corderos». A esto hay que unir la cantidad de corderos que se matan en Castilla y León procedentes de otras comunidades y países con más de dos meses de vida, mayor tamaño, peso y alimentación de pienso, además de leche materna.
Durante la presentación de los VI Encuentros Gastronómicos del Lechazo Asado, los tres colectivos se hicieron eco de esta situación y reclamaron una campaña de sensibilización e información que permita al consumidor saber si lo que tiene en el plato es un lechazo o un cordero. No obstante, aclararon, en algunas zonas de la región 'lechazo' es sinónimo de 'cordero' «pero porque se entiende que es lechal, y aquí es donde comienza el fraude encubierto para amas de casa y comensales que compran cordero por lechazo, y viceversa». Rafael Miquel, asador arandino y vicepresidente del colectivo, asegura que la única vía es la información, «que las etiquetas estén visibles y que tanto carniceros, como asadores demuestren la procedencia, raza, trazabilidad y figura de calidad».
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Dos figuras de calidad y la única asociación regional de asadores reafirmándose en la necesidad de defender su producto estrella. Casi cien asadores levantan su voz para advertir a los consumidores que la única manera de asegurar la procedencia, la raza, la edad, y el peso en canal de un cordero lechal es «la vitola, el sello, las contraetiquetas que demuestran la procedencia del rebaño, el matadero y la carnicería, y todo ello controlado por un consejo regulador».
Las jornadas gastronómicas comenzarán el 27 de febrero y se prolongarán hasta el 15 de marzo. El casi centenar de asadores inscritos en el colectivo ofrecerán a sus comensales, durante este periodo, un menú con varios platos y una materia prima principal, el lechazo asado, que es la estrella de estos establecimientos, abanderados del célebre lechazo regional.
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