
DOLORES ALONSO
Viernes, 12 de diciembre 2008, 02:25
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Así iban ayer los tres por la calle San Lorenzo: la madre patinaba y empujaba el carrito de bebé, en el que la niña de un año sonreía por los ojos -única franja visible entre el gorro y la bufanda- y su hermano se mantenía erguido en una plataforma sobre las ruedas traseras. Casi me estampo con la bici, por observar la destreza de la madre al frenar suavemente patines y carrito antes de cada cruce. Y es que hay gente que sabe vivir como si todo fuera sobre ruedas, incluso en los malos momentos. Es lo que siempre me ha admirado de Mayte Martínez, de cuyo blog soy visitante incondicional. Hay una foto a la que recurro cuando algo me acobarda: corre Mayte con decisión de ganadora en los ojos, mientras la postura de los músculos de sus piernas hace pensar que ve las estrellas de dolor cada vez que su pie choca contra el suelo.
Anteayer le dieron el alta. Lo leo y me alegro como si fuera hija mía. O porque es un espejo para mi estímulo. Y para el de toda Pucela, a la que constantemente demuestra su apoyo. Mañana, por ejemplo, leerá el mensaje de la manifestación por el empleo en Renault -ojalá vayamos por miles- para recordar a los del otro lado de los Pirineos que deben seguir apostando por esta ciudad que tan sobre ruedas ha hecho ir sus negocios durante tantos años.
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