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NOELIA BARRIENTOS
Miércoles, 27 de agosto 2008, 19:16
Sin intenciones de facilitar un sistema de bonificaciones como los de los trenes lanzadera conocidos como Avant, que comunican dos ciudades próximas con horarios muy frecuentes. Así pinta la situación a pesar de las múltiples peticiones, protestas, e incluso, -según algunos blogs de Internet-, intenciones de manifestarse, además de proyectos para constituirse en asociación, por parte de los numerosos usuarios del tren de alta velocidad que les trasporta cada día hasta sus centros de trabajo madrileños desde Valladolid. La razón aportada por Renfe: el Ave no es considerado como un «servicio público».
Entre las denuncias de estos viajeros, que no pueden permitirse los 50 euros diarios que cuesta hoy el Ave, están la falta de bonos, de trenes lanzadera, así como una forma ágil de comprar billetes por Internet ya que las tárifas web son casi anecdóticas. De momento, no se vislumbra una intención por parte de Renfe para facilitar el trasporte a los vallisoletanos que se trasladas todos los días hasta Madrid. El objetivo, en todo caso, es tratar de hacer fuerza ante la compañía pública de trenes y lograr que el Ave, que se presentaba como un proyecto que uniría Valladolid con la capital en 55 minutos y serviría para impulsar el comercio, se haga accesible.
Las fuentes de la compañía son tajantes: «el Ave no puede atender a la petición de los usuarios de este tren con bonos de viajes recurrentes todos los días», aunque sigue recalcando la existencia de la tarifa web (que ofrece descuentos de hasta el 60% alcanzando precios equiparables al de la tarifa Avant, si se compran los billetes con una antelación de hasta 62 días) y de la tarifa estrella (con descuentos que llegan al 40% si se compra el billete hasta con una semana de antelación del viaje). Y es que, según explican fuentes de Renfe, «el Ave y el Avant son productos diferentes, aunque coincida que circulan por la misma vía».
Esto es porque, mientras al Avant se considera un servicio público, -por lo que cuenta con las subvenciones del gobierno que aporta un 'Sistema de tarifas por bonificación'-, y circula a 250 kilómetros por hora; los de larga distancia llegan a los 300 kilómetros por hora y ofrecen servicios adicionales que se ven reflejados en los precios finales, además de que compiten con otros medios de transporte como el autobús y el avión y una rebaja se consideraría una «competencia desleal».
Como último apunte, fuentes de Renfe explican que este servicio a 300 kilómetros por hora no tienen porqué pagarlo todos los españoles, y que el Ave lleva tan sólo 6 meses funcionando, por lo que «¿cómo lo hacían antes para llegar a Madrid?». Por lo pronto, parece que estos trenes de alta velocidad seguirán ofreciéndose a precios 'intergalácticos'.
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