Poder ilegítimo
PPLL
Domingo, 29 de junio 2008, 03:31
L A toma de posesión de la presidencia de Zimbabue por parte de Robert Mugabe, prevista para hoy, constituye una ceremonia de oprobio hacia sus conciudadanos. Tras obligar al oponente que había ganado en la primera vuelta, Morgan Tsvangiarai, a renunciar a la segunda por miedo a que su probable victoria desencadenara un baño de sangre, y tras mantener formalmente la candidatura de éste para así avalar su impuesta victoria, Mugabe se ha mofado de toda la comunidad internacional. No le han importado ni las insufribles dificultades por las que atraviesa su pueblo ni las advertencias de Washington y Londres. Ni siquiera la baja participación -en contraste con la primera vuelta- parece haber hecho recapacitar a quien fuera líder anticolonialista. Desde hoy se dispone a arrastrar al país entero al abismo de una inflación ya incalculable, con un desempleo que afecta a la mayoría y un régimen sustentado en el desorden que él mismo provoca. Por férrea que sea la autoridad de Mugabe, resulta impensable que su dictadura se estabilice. Más bien todo indica que la crisis puede convertirse en factor de inestabilidad para los países de su entorno. Esto constituye una razón añadida para que la ONU intervenga con algo más que un comunicado lamentando la celebración de los fraudulentos comicios del viernes; y para que occidente y los gobiernos africanos obliguen a las autoridades ilegítimas de Harare a ceder el poder y dar paso a un proceso electoral supervisado por la comunidad internacional.
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