
FERNANDO CABALLERO
Martes, 9 de octubre 2007, 02:18
Las relaciones entre los hombres y los osos han pasado por diversas fases a lo largo de la historia. Explicar esas fases de una forma didáctica es el objetivo de la exposición que se abrió ayer en el Centro Cultural Provincial de la Diputación con el título 'Humanos y osos: una historia paralela', producida por la Fundación Oso Pardo y Caja Cantabria. En líneas generales, esas relaciones entre los seres humanos y los plantígrados se resumen en las siguientes etapas, según explicó ayer el presidente de la Fundación Oso Pardo, Guillermo Palomero, durante la presentación. «Durante la prehistoria, las relaciones fueron de tolerancia, había mucho espacio y no se enfrentaron. En la Edad Media, el oso era una pieza de caza real. El pueblo no podía cazar a estos animales, pero los reyes y los nobles, sí. En realidad, la caza del oso se convertía en un ensayo para las guerras. En el siglo XVI comenzó una fase de dureza contra los osos. Se les consideraba una alimaña peligrosa, por lo que había que cazarlos. Afortunadamente, esta visión no acabó con todos los osos y en la actualidad se vive un momento dulce entre el hombre y el oso, en el que se quiere conservar esta especie y evitar su extinción».
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La exposición ilustra este relato con huesos, reproducciones de plantígrados, cepos, armas de caza, fotografías, paneles informativos y dibujos que recrean escenas históricas. Guillermo Palomero explica que la tolerancia que existió entre el oso y el hombre en la prehistoria tiene una excepción. En el yacimiento arqueológico de Taubach (Turingia, Alemania) han aparecido huesos de osos mordidos por humanos, lo que evidencia que los hombres cazaron y comieron osos. Algunos de esos restos óseos, que tienen unos 130.000 años de antigüedad, se encuentran en la exposición cedidos por el Museo de Historia Natural donde están depositados. Dos reproducciones de osos figuran en la exposición. Una de ellos representa al de las cavernas, y la otra, al oso pardo cantábrico. «La composición esquelética diferencia a ambas especies, además de que la primera tenía una dieta más vegetariana», según explica Palomero.
La documentación bibliográfica que existe sobre los osos ha sido utilizada para la exposición. El 'Libro de la montería', de Alfonso XI (siglo XIV) y el 'Tratado de la montería (siglo XV) han permitido conocer detalles sobre las cacerías en la Edad Media, que artísticamente se manifiesta en un capitel de Santo Toribio de Liébana. La peor época para los osos se inició en el siglo XVI, cuando se lo comenzó a considerar una alimaña que había que eliminar. En un libro del Ayuntamiento de Somiedo (Asturias) se especificaban las primas que se pagaban por matar a los osos.
En la actualidad, la población del oso pardo cantábrico se sitúa, según la Fundación Oso Pardo, entre un centenar y 130 ejemplares, de los que una treintena se localizan en la zona oriental (Cantabria y Palencia). Las últimas reproducciones avalan datos para la esperanza. El año pasado se contabilizaron quince crías en la zona occidental (León y Asturias) y tres en la oriental.
El presidente de la Diputación de Palencia, Enrique Martín, destacó ayer, en la presentación de la exposición, el carácter didáctico que tiene, por lo que anunció que se invitará a visitarla a todos los escolares de la provincia. Asimismo, Martín agregó que la muestra contribuirá a «amar la naturaleza y los animales, en definitiva lo que tenemos en la Montaña Palentina, lo que llevará a respetarlo».
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