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MIGUEL ÁNGEL PINDADO
Domingo, 18 de septiembre 2011, 12:49
El balonmano volvió aHuerta del Rey y lo hizo con un partido brillante, intenso y divertido. El público disfrutó con su equipo, que ofreció la misma solidez que en la primera jornada en Vistalegre ante el Atlético de Madrid. A pesar de las notables ausencias y del todavía escaso concurso de los nuevos fichajes, el Cuatro Rayas Valladolid ha tenido un buen comienzo de Liga que ha puesto de manifiesto el gran trabajo de pretemporada y la asimilación de los esquemas por todo el bloque. Mención aparte merecen los veteranos Marko Krivokapic, casi perfecto en todas sus acciones y con el nuevo rol de asumir unas responsabilidad en el juego del equipo que antes parecían pesarle demasiado, y Asier Antonio, que después de años condenado a la defensa ha destapado su nueva faceta ofensiva con excelentes resultados. Si a ello unimos la eficacia de Sierra bajo los palos (9 paradas en la primera mitad) se explica que el neófito Huesca fuese incapaz de mantener viva la llama de la sorpresa más allá de los veinte minutos.
Y eso que el partido comenzó con un guion ya anunciado. Ambos equipos en defensa 5-1 que los oscenses incluso la llevaban hasta el centro del campo. Pastor había preparado a conciencia el partido y se pudo comprobar que el Cuatro Rayas, cuando jugaba concentrado y disciplinado, superaba con facilidad la zaga visitante. Con todo, la exclusión de Romero dio a los de Huesca el privilegio de ponerse por delante en el marcador (4-5) a los diez minutos. Fue la primera y última vez. La máquina del Cuatro Rayas comenzó a carburar y la experiencia quedó patente sobre la cancha. Todas y cada una de las situaciones especiales, tanto en inferioridad como en superioridad, eran ganadas por los vallisoletanos, lo que creó las primeras grandes diferencias en el marcador, que al término de los primeros treinta minutos se quedó en tan solo tres goles.
Tras el paso por el vestuario, el Cuatro Rayas, que había alternado varias defensas, colocó un 5-1 con Víctor Alonso de avanzado y los oscenses probaron de su propia medicina. Atascado en ataque y superado cómodamente en defensa merced al juego de continuidad de los de Pastor, el Huesca tuvo que claudicar.
El técnico vallisoletano incluso tuvo tiempo para dar entrada a los canteranos Víctor Mejías y Roberto Pérez. El balonmano, en Huerta del Rey, ha tenido un excelente principio.
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