Javier Zaccagnini. agapito ojosnegros
Valladolid

La Ribera del Duero llora a Javier Zaccagnini, «un entusiasta del vino»

El bodeguero deja una profunda huella por el trabajo realizado con sus proyectos vitivinícolas y en el propio Consejo Regulador ribereño

Domingo, 8 de enero 2023, 18:27

Javier Zaccagnini, uno de los grandes nombres de la Ribera del Duero y destacado bodeguero del panorama nacional, ha fallecido este domingo a los 69 ... años de edad a causa de una leucemia. El cuerpo del bodeguero se vela en el tanatorio Parcesa Villalba, en Collado Villalba, lugar donde también será incinerado este lunes a primera hora de la mañana. Zaccagnini, natural de Jerez de la Frontera, vivía en Valladolid, y se hallaba en Madrid a consecuencia del tratamiento que, por su enfermedad, recibía en un hospital madrileño.

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Zaccagnini, ingeniero industrial, fundó las bodegas Aalto -junto a otro de los grandes del sector, Mariano García-, Ossian y Sei Solo. Asimismo, durante 6 años -desde 1992-, fue director gerente del Consejo Regulador de la Ribera del Duero, convirtiéndose así en el primero en ejercer este puesto en un Consejo Regulador de nuestro país.

Antes de recalar en el sector del vino, Javier Zaccagnini se especializó en el sector de la automoción, llegando a ser director general de dos empresas simultáneamente, una española y la otra alemana. Desencantado con este mundo lo abandonó en 1987, orientando su carrera profesional hacia el mundo del vino, donde desarrolló su auténtica pasión por los vinos de la región y su deseo de convertirse en bodeguero, algo que logró en 1999 cuando fundó, con Mariano García, la bodega Aalto, ubicada en la localidad vallisoletana de Quintanilla de Arriba, en la DO Ribera del Duero.

Seis años después, en 2005, el bodeguero emprendió un nuevo proyecto vitivinícola, adentrándose en el mundo de los vinos blancos, fundando la bodega Ossian, en la DO Rueda, proyecto que desarrolló en Nieva, localidad segoviana.

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Inquieto y apasionado por su trabajo, en 2007 emprende, ya en solitario, su proyecto más personal, Sei Solo, bodega situada en la localidad burgalesa de Roa de Duero. Hace 6 años su hijo Michael, enológo, se embarcó en Sei Solo, llevándolo ambos y proyectando juntos nuevos proyectos vitivinícolas, algo que se ha truncado este domingo con el fallecimiento del gran bodeguero.

«Era una persona muy dialogante y muy trabajadora. Siempre buscaba el bien común de la Ribera del Duero»

Mariano García

Enólogo

Desde el tanatorio madrileño, acompañando a la familia y despidiéndose de su amigo y compañero de viaje vitivinícola, Mariano García indicaba este domingo que Javier Zaccagnini «era un hombre muy entusiasta del vino, y además tenía ese carisma para saber transmitir todo lo que era el vino. Tenía pasión y en cuanto tuvo la primera ocasión de hacer algo sobre vinos la aprovechó; ahí está toda su historia, primero en Aalto y luego con sus otros proyectos y con su vino Sei Solo. Compartimos muchos años de vivencias muy importantes», relata García. «Creo que en el fondo se ha ido feliz por estar haciendo lo que le gustaba, que era el vino; de transmitirlo y vivirlo con la pasión que lo vivía». Además, como también refleja García, «Javier ha fallecido consiguiendo lo que él quería: quería hacer su vino y que su hijo Michael estuviese con él, en el proyecto. Ambas cosas las ha conseguido».

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Otro buen amigo y compañero del sector, con quien además compartía afición por el tenis y con quien ponía en práctica la mutua afición, el enólogo y bodeguero Tomás Postigo, camino de Collado Villalba reflejaba que «era un buen amigo mío, nos queríamos mucho». Respecto al trabajo realizado por Zaccagnini, Postigo destaca que «Javier dinamizó la Ribera del Duero desde su trabajo en el Consejo Regulador y después fundando bodegas que han llegado muy lejos gracias a su trabajo, a un trabajo bien hecho».

Recuerdos

El también enólogo y bodeguero José Manuel Pérez Ovejas, mostraba este domingo su estupor y tristeza por la noticia del fallecimiento de Javier Zaccagnini. «Es una noticia muy triste para el sector, para el mundo del vino y en especial para la Ribera del Duero porque era una persona relevante. Coincidí con él durante 7 años como vocal del Consejo Regulador y tengo un gran recuerdo, sobre todo de su contribución a la Ribera del Duero y al mundo del vino en general. Es una pérdida muy dolorosa para todos», recalca Pérez Ovejas. «Ha sido una gran pérdida», señala, «estoy muy triste, hemos compartido momentos tan buenos, pero me queda el recuerdo de lo que ha aportado a la Ribera del Duero como gerente y como vocal, con el que coincidí en una época de muchos cambios en la normativa en la Ribera. Daba gusto hablar con él. Era una persona muy dialogante y muy trabajadora y siempre buscando el bien común de la Ribera del Duero. Lo que hizo en el Consejo Regulador se apreció y se valoró, y ahí está su legado. Es un día muy triste para todos porque ha sido una persona que ha aportado tanto». «Javier era de las personas que no tenía enemigos, que hacía amigos por todos los sitios por donde iba; todo el mundo le apreciábamos y le queríamos».

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Desde del Consejo Regulador ribereño lamentan «profundamente el fallecimiento de Javier Zaccagnini, quien fue director gerente de la Denominación de Origen desde 1992 a 1999. La gran familia de Ribera del Duero le recordará siempre por su personalidad, carisma, creatividad, su humildad, su generosidad, su pasión por la música, el arte, la cultura, su forma de entender la vida, su profesionalidad y su sabiduría. Fue un gran compañero, un magistral bodeguero, un buen amigo y un ejemplar mentor».

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