
A prisión los cinco sicarios que apalearon y robaron a un empresario en su chalé
tribunales ·
La sentencia condena a cuatro años de cárcel a cada uno de los cinco implicados en el violento asalto ocurrido en 2017A la Policía Nacional le costó todo un año de investigaciones localizar y detener a los violentos autores del asalto a un empresario en su ... propio chalé del residencial Santa Ana en 2017 y el pasado 14 de octubre, cuatro años y ocho meses después del delito y una vez que el juicio quedó visto para sentencia, el magistrado titular del Juzgado de lo Penal 4 de Valladolid ordenaba, para sorpresa de los acusados y sus letrados, el ingreso en prisión de los encausados que, hasta la vista oral (excepto uno de ellos que cumple condena por otra causa), han estado todos estos años en libertad con cargos a pesar de su peligrosidad.
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Los cinco condenados, cuatro hombres y una mujer, a los que se les han impuesto penas de cuatro años de cárcel para cada uno de ellos, protagonizaron hace cuatro años este robo en casa habitada con violencia e intimidación que fue noticia por la gran agresividad ejercida contra el dueño de la vivienda y cuyo modus operandi recuerda al caso del crimen de la Circular que se va a juzgar la próxima semana en la Audiencia de Valladolid por la Ley del Jurado, aunque en este asalto de la calle Tokio no hubo que lamentar víctimas mortales.
Le amenazaron «con cortarle un dedo y violar a su mujer cuando volviera a casa» si no les decía dónde guardaba el dinero
Según la sentencia fechada el pasado 18 de octubre, Jesús B. B., Luis Fernando M. R., Marylin J. M., Helmer M. O. y Alexander U. C. son culpables de un delito de robo con violencia e intimidación en casa habitada con agravante de disfraz y otro delito leve de lesiones para el que se imponen multas de 50 días con cuota diaria de 6 euros, aunque se les exculpa del delito de grupo criminal del que también eran acusados por el fiscal.
En el relato de hechos probados del fallo judicial se indica que en enero de 2017 Jesús B. B. y Jhon Edward S. C, que está en busca y captura, planificaron el asalto de los colombianos a este domicilio de la urbanización Santa Ana. El primero, que vive en Valladolid, se habría ocupado de «seleccionar el objetivo» y controlar sus rutinas mediante la vigilancia, mientras que el otro compinche, auxiliado por el resto de acusados, habrían perpetrado el robo, además de «establecer un perímetro de seguridad que les permitiera culminar con éxito el hecho criminal».
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La falsa mensajera
Así, Luis Fernando M. R. y Marylin J. M., a primera hora de la madrugada del 3 de febrero de 2017, viajaron hasta Valladolid desde Bilbao a bordo de un turismo Renault Megane, mientras que Alexander U. C. y Hermer M. O, también colombianos, viajaron desde la capital vasca en una furgoneta Fiat Dobló. Llegaron a la capital vallisoletana sobre las 8:30 horas y quedaron con Jesús B. B, quien se desplazó al punto de encuentro convenido en un Citröen Berlingo registrado a nombre de su sobrina, menor de edad. Desde allí se desplazaron a la urbanización Santa Ana, donde llegaron sobre las 9:00 horas y «ocuparon posiciones de modo que pudieran, por un lado, detectar la llegada del objetivo a su domicilio y, por otro, establecer un control de los tres puntos de acceso a la urbanización, creando un perímetro de seguridad que les permitiera detectar la presencia policial o reaccionar ante cualquier eventualidad», detalla la sentencia del magistrado titular del Juzgado de lo Penal 4 de Valladolid, José Luis Chamorro.
Desde su posición, Jesús B., que afirmó en el juicio que se dedica a la compraventa de chatarra y trabajar en mercadillos, llamó al acusado huido alertándole de que llegaba la víctima, quien, tras dejar a los niños en el colegio y realizar unas gestiones, regresaba a su casa. En ese momento, Marylin, disfrazada con una chaqueta de la empresa de mensajería DHL, llamaba al timbre de la vivienda. El propietario, confiado, abrió la puerta y en ese momento aparecieron por sorpresa dos hombres, Luis Fernando M. y el acusado que está huido, con la cabeza cubierta con pasamontañas y guantes de lana, que forcejearon con el empresario, a quien «golpearon reiteradamente para reducirle». Cuando lo consiguieron le trasladaron hasta el garaje de la vivienda, le colocaron bridas de plástico en los pies y las manos y «bajo amenazas» le exigieron que les dijera dónde tenía guardado el dinero.
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El dinero de las huchas
Después le trasladaron al salón, donde insistieron, amenazándole con un cúter en que les dijera dónde guardaba el dinero, amenazándole con «cortarle un dedo y violar a su mujer cuando volviera a la casa». La víctima les indicó el jarrón donde su esposa guardaba unos 500 euros en metálico y ellos siguieron presionándole con la amenaza de que «esperarían a su mujer e hijos», ante lo cual les dijo que podían llevarse el dinero de las huchas de sus hijos, que contenían 700 euros y el lugar del sótano donde guardaban cerca de 2.000 euros. Llegó a ofrecerles hasta el pin de su tarjeta, que los ladrones no pudieron utilizar porque la misma estaba en la cartera, dentro del pantalón que se encontraba en otra estancia. Luego le encerraron en el cuarto de baño. Antes de irse, se llevaron una cámara de fotos, la llave del Mercedes, otra de la casa, un reloj de acero Omega, una tarjeta de memoria y dos frascos de colonia.
El empresario, con las bridas en manos y pies, salió del baño poco después de irse los asaltantes y, tras intentar llamar al 112, como no conseguía soltarse, pidió auxilio a su vecino.
El procedimiento por estos hechos se abrió el 5 de febrero de 2017, dos días después del asalto pero, puntualiza la sentencia, ha estado paralizado «por causas no imputables a los acusados» siete meses, entre el 14 de noviembre de 2019 y el 8 de junio de 2020, por lo que el juzgador estima la circunstancia atenuante de dilaciones indebidas.
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Además de las penas de cuatro años de prisión que se les impone a los cinco condenados, el juez ha fijado una indemnización conjunta y solidaria de 250 euros por lesiones y 2.500 euros por el dinero sustraído en metálico. Esta sentencia puede ser recurrida ante la Audiencia de Valladolid.
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