Presentación de candidatos del PSOE a las elecciones generales de 1977 en el Hotel Felipe IV.

La resurreción del PSOE

Tres militantes clandestinos iniciaron la reconstrucción del Partido Socialista en 1971, que en las elecciones generales de 1977 presentó a Gregorio Peces Barba como cabeza de lista

Enrique Berzal

Sábado, 22 de noviembre 2014, 16:03

«Mi residencia será en Valladolid, aunque lo mismo estaré en Palencia. Mi trabajo será la compra de frutas al por mayor... Estoy muy animado y creo que se puede hacer una buena labor porque materia hay en abundancia en España e ignoran mucho; creo que despacio dará sus frutos». Era la carta que Jesús Mancho Atienza, palentino afincado en Suiza, enviaba a la Ejecutiva exiliada del PSOE en marzo de 1970.

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El Archivo de la Fundación Largo Caballero permite reconstruir documentalmente la resurrección del PSOE vallisoletano tras el paréntesis organizativo de casi 40 años que duró la dictadura de Franco. Todo comenzó a principios de los años 70, de mano de nuevas generaciones de militantes socialistas que no habían experimentado las consecuencias más dramáticas de la Guerra Civil.

En Valladolid, los primeros pasos los dieron Jesús Mancho Atienza, Félix Maestre y Justina Sandoval en 1971. Ese año, decidieron refundar el PSOE y la UGT en la ciudad y empezar prácticamente desde cero. Aunque existían militantes históricos que se arrogaban la representación de ambas entidades, como era el caso de Benito Guaza, en realidad no pudieron contar con ellos.

Retomaron la publicación clandestina ¡Adelante! e iniciaron una activa labor proselitista en los principales centros de trabajo de la capital, especialmente en el sector de la Construcción y en la empresa FASA-Renault. Al XIII Congreso del PSOE, celebrado en Suresnes en 1974, acudieron, en representación de Valladolid, Mancho, Maestre, Paulino de Paz Abril y Carlos González Maestro.

Progresivamente, sobre todo tras la muerte de Franco, fueron incorporándose obreros de FASA y conocidos abogados laboralistas que defendían a los trabajadores despedidos a causa de las huelgas. A la altura de abril de 1976, precisamente cuando se aprobó la incompatibilidad de cargos en PSOE y UGT, se hizo cargo de la ejecutiva provincial Juan Colino Salamanca; le acompañaban Tomás Rodríguez Bolaños, José Luis Alonso Pestaña, Prudencio Prieto, Isidoro Pérez Gusano y Miguel Ángel Trapero.

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Era, en aquel momento, un PSOE profundamente dividido entre el sector obrero y el de los profesionales liberales, compuesto básicamente por abogados. El enfrentamiento entre ambos grupos se escenificó en una tensa asamblea celebrada en la iglesia de la Pilarica a principios de 1977, en la que hubo más que palabras y que provocó la dimisión de la Ejecutiva. Fue entonces cuando Manuel Conde del Río asumió la secretaría política acompañado de Paulino de Paz Abril, Antonio García Martín y Julián Pérez Cabello, entre otros. La sede del PSOE, ubicada inicialmente en la calle Menéndez Pelayo, ya se había instalado en Claudio Moyano; además, en esos momentos, el número de afiliados apenas llegaba a los 200.

En esas circunstancias se produjo, el 18 de febrero de 1977, la legalización de los partidos políticos que habían solicitado su inscripción en el Registro de Asociaciones Políticas, entre ellos el PSOE. El Norte de Castilla se hizo eco de las primeras 24 horas de «actividad legal» de los socialistas vallisoletanos después de 40 años en la clandestinidad.

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«El PSOE dice un comunicado facilitado en una conferencia de prensa- quiere poner de manifiesto que esta legalización no ha sido concedida, sino que es fruto del trabajo de todo un pueblo que ha luchado infatigablemente por recuperar lo que tan brutalmente se le arrancó», podía leerse en el decano de la prensa.

«Esta primera jornada en la legalidad tuvo su faceta festiva y sus acotaciones sombrías. En el primer capítulo podríamos incluir la movilización de militantes para vender públicamente el número editado con fecha 1 de febrero de El Socialista, () o la colocación de una bandera roja con las siglas del PSOE en la calle Claudio Moyano, en una ventana de los locales que ocupa la Federación Provincial de Valladolid. Como nota sombría, la actuación contra los tenderetes instalados por Juventudes Socialistas en la Plaza Mayor. Fueron colocados a media tarde, rodeados de pancartas y carteles en los que se leían inscripciones como: los jóvenes por la libertad, la justicia y la paz o mayoría de edad a los 18 años»

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El 14 de mayo de 1977, aún con Manuel Conde al frente de la Ejecutiva provincial poco después dimitiría y sería reemplazado por Juan Antonio Arévalo-, el PSOE llevó a cabo en el Hotel Felipe IV la presentación oficial de candidatos a las elecciones generales del mes siguiente. Al acto acudió el representante de la Federación Socialista de la Alta Garona, departamento en cuya capital, Toulouse, residió la ejecutiva en el exilio. El Norte de Castilla destacó la lista de candidatos socialistas a las primeras elecciones democráticas, encabezada por Gregorio Peces Barba:

«Madrileño, hijo de un socialista condenado a muerte, cuya pena le fue conmutada por la de cadena perpetua. En el año 60 se licencia en Derecho y alterna el ejercicio de jurista con el de profesor en la Universidad Complutense, da la que en la actualidad es vicedecano por la Facultad de Derecho. Su vinculación a Valladolid se deriva de los casos jurídico-laborales que aquí ha defendido».

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Le acompañaban en la candidatura al Congreso Juan Colino, Tomás Rodríguez Bolaños, Ángel Fernández Pérez, Antonio Pérez Solano y José Constantino Nalda. Para el Senado, el PSOE de Valladolid presentaba al catedrático de Medicina Pedro Gómez Bosque. «La presentación fue acogida con largos aplausos. Seguidamente, Peces Barba dirigió unas breves palabras para agradecer la presencia de los asistentes y en especial la de sus adversarios políticos, nunca enemigos. Habló de la intención de su partido de crear una España sin clases, dentro del marco de la libertad y la convivencia y repudió los sucesos de Euzkadi, pidiendo la libertad de los presos políticos y la legalización de todos los partidos prometiendo, que si el PSOE consigue los escaños suficientes, ésta será su primera actuación, legalizar a todas las fuerzas políticas».

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