Caminando hasta el río Burejo

La piedra que define a la iglesia de la Asunción y otras tantas piedras que caracterizan a La Ojeda son el objetivo de innumerables cámaras fotográficas y una invitación a aquellas que aún no se hayan paseado por la zona. La iglesia tiene un retablo mayor construido en madera de nogal sin dorar, adornado con buenos bajorrelieves, y debajo del coro hay una pila bautismal sobre la que existen inscripciones que la datan en un pueblo anterior a La Vid de Ojeda.

También se ha descubierto de esa población anterior un cementerio, que se sitúa en un camino a medio kilómetro, en el que se instaló la Virgen de Santa María, hasta la que llegan habitualmente muchos vecinos de paseo.

Otra ruta de paseo frecuente es la que lleva hasta el río. Se trata de un sendero de unos 400 metros de recorrido y de un par de metros de anchura, que se está mejorando. El nuevo paseo, del que falta un pequeño tramo para que concluyan las obras de mejora, permite que los vecinos transiten sin peligro, ya que antes se acercaban hasta el río Burejo por la carretera. Y además, lo harán bajo la sombra de los árboles que pueblan el recorrido.

La Vid de Ojeda, que próximamente también reformará el cementerio con la instalación de nichos, ha acondicionado el inmueble que fue la casa del médico y lo ha reconvertido en un local de encuentro para los vecinos. Dispone de una cocina y está abierto para que los vecinos lo utilicen para reuniones o convocatorias gastronómicas. Además, el edificio de la Casa Consistorial alberga el bar del centro cultural en la planta baja y otra sala en el piso superior, que suele ser utilizada por las mujeres de la Asociación de Jubilados para echar una partida de cartas.

También el municipio, que el pasado día 2 recibió a 400 jubilados del Boedo y la Ojeda, tiene dos hermosos parques infantiles, solo separados por una calle.