Iglesia parroquial dedicada a Santa Marta, de estilo románico del siglo XIII. :: MÓNICA RICO
SEGOVIA

Una devoción muy especial

Los vecinos veneran a la Virgen de Arahuetes con danzas durante la procesión

MÓNICA RICO

Miércoles, 15 de septiembre 2010, 02:41

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Llegado agosto, la población de Santa Marta del Cerro se multiplica. Y a excepción de las familias con niños en edad escolar, muchos son los que se resisten a irse hasta que no pasa el 14 de septiembre, es decir, la fecha de ayer, un día que los vecinos e hijos del municipio tienen en el calendario en rojo, pues se celebra una de sus fiestas principales, en honor de la Virgen de Arahuetes.

Según cuentan en el municipio, esta imagen llegó al municipio procedente de la ermita que existió en lo que hoy es el despoblado de Arahuetes. De esa ermita aún se pueden encontrar restos en el término de Santa Marta. Al igual que la ermita de San Cristóbal, también hoy perteneciente al municipio, pero en cuyo entorno se situaba otro núcleo de población, el de San Cristóbal del Enebral, del que toma nombre la ermita, dedicada a dicho Santo. Dos despoblados más, los de Santiago de Duruelo y Cabrerizos (que se unió al municipio en el año 1846), se encontraban en lo que hoy es término municipal de Santa Marta del Cerro. También en Cabrerizos se han encontrado restos, aunque no de una ermita, sino de tumbas antropomorfas excavadas en la roca, que nos hablan de un poblado asentado siglos atrás y a la vez nos llevan a conocer una pequeña parte de la gran y larga historia de esta zona.

En torno a la imagen de la Virgen de Arahuetes, por la que los vecinos de Santa Marta sienten gran devoción, existe una pequeña leyenda que cuenta cómo ésta apareció en los prados de la localidad, junto a la carretera que va desde el municipio de Prádena hasta Sepúlveda. Aunque su origen es desconocido, se dice que la imagen se escondió en este lugar para evitar que fuera quemada o robada durante la invasión musulmana. Años después unos vecinos la encontraron mientras realizaban labores propias de la agricultura y la ganadería.

Desde entonces, la imagen se honra con gran devoción. En la actualidad, incluso en Santa Marta del Cerro se celebra en su honor una de las procesiones más pintorescas de toda la provincia, que destaca por las danzas tradicionales que los vecinos bailan frente a la imagen en uno de los momentos de la procesión y siempre en parejas. Esta tradición, que se mantiene «desde siempre» según recuerdan algunos vecinos, ha variado con el tiempo, pues hace años los danzantes eran los componentes del grupo local de paloteo, que estaba formado únicamente por hombres.

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Al disolverse el grupo, el testigo lo tomaron los propios vecinos, aunque ya no únicamente los hombres, sino todos aquellos que quieren mostrar su devoción por la Virgen que, con mayor o menor experiencia, le dedican sus danzas a la imagen.

Otras fiestas

Las celebraciones en Santa Marta del Cerro no se ciñen únicamente a la Virgen de Arahuetes, ya que en el municipio se celebran dos fiestas más, aunque con menos vecinos en el municipio. Se trata del Sagrado Corazón de Jesús, festividad que festejan el último domingo de abril y San Sebastián, el 20 de enero.

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Esta última hace años era la fiesta principal del municipio. De hecho entre los más mayores se recuerda cómo se contaba que San Sebastián no tenía noche, pues los jóvenes pasaban todas las horas nocturnas bailando al son de las dulzainas y tamboriles y disfrutando.

La despoblación hizo que la fiesta fuera perdiendo importancia, pero, aunque ya no es como antes, en el municipio los vecinos siguen celebrando la fiesta del patrón.

Porque aunque en el último medio siglo la población ha descendido, en los últimos diez años las cifras se van manteniendo. Junto a la base económica tradicional de la agricultura y la ganadería, el turismo rural va ganado peso y en el municipio funcionan desde hace años varios establecimientos de este tipo, que han supuesto más vida los fines de semana y en verano y una nueva oportunidad de vida.

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Se sabe que ya en la Edad Media la localidad se nombraba de manera muy similar a la de hoy. De hecho en los primeros documentos aparece como Sancta Marta, nomenclatura que varió muy poco. No fue hasta mediados del siglo XIX cuando se le añadió el sufijo 'del Cerro', debido a su situación en un cerro del denominado Monte de Cabrerizos.

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