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VALLADOLID

Los estafadores revisan los clásicos

La Comisaría registra 14 estafas tradicionales en los ocho primeros meses del año, casi la misma cifra que en todo 2009La mitad de las denuncias por timos que investigan los especialistas de la Policía Nacional en Valladolid son de víctimas del 'tocomocho'

M. J.PASCUAL

Domingo, 12 de septiembre 2010, 11:17

Las 600 últimas imágenes de los cráteres de Marte divulgadas por la NASA este verano, y que han sido tomadas desde la propia órbita del planeta rojo con una cámara telescópica, no llegan a sorprender tanto como la constatación empírica de que una estafa que ideó el español Julián Delgado hace exactamente un siglo sigue atrapando a los incautos. La estampita es, junto con el tocomocho, el valor seguro de los timos. Ambos son la esencia de un oficio que antes estaba en manos de clanes familiares y que hoy reinventan organizaciones de delincuentes nacionales y extranjeros manteniendo un patrón que, de puro sencillo, funciona. En el amplísimo, variado y, a veces, muy sofisticado conjunto de estafas que investiga el Grupo de Delitos Económicos de la Brigada Provincial de Policía Judicial de Valladolid, el porcentaje de los timos clásicos es una gota en el mar, apenas el 10% del total de delitos económicos que se investigan, pero no hay año que no se denuncien, por término medio, una docena de casos de esta especialidad de delincuencia económica tan española que Toni Leblanc bordó en el cine.

La diferencia ahora, indican los expertos, está tan solo en el acento: cada vez más a menudo el 'tonto' y el 'listo' son de procedencia latinoamericana y captan al 'julay' entre el colectivo de estos inmigrantes, aunque no hay año que no caiga algún ambicioso nacional y no precisamente recién llegado del pueblo. El 'modus operandi' es el mismo y, como siempre, la avaricia es el pecado capital que subyace en el éxito de esta práctica delictiva que resulta tan limpia y provechosa para el estafador como vergonzante para la víctima.

Posiblemente, el número de casos que no se denuncian sea igual o superior al de los que llegan al despacho de los especialistas de delitos económicos. Y en este campo no incide la crisis, dicen los expertos. «Es una delincuencia organizada que no se guía por la coyuntura económica», coinciden los inspectores. Derivados de la crisis vienen los pequeños hurtos, los impagos como el de irse sin abonar el carburante en una gasolinera y otro tipo de faltas leves «pero no los timos, que no tienen trascendencia real dentro de la seguridad pública».

La 'Operación Renedo'

Estos fraudes contabilizados por la Policía Judicial han aumentado ligeramente respecto del año 2008, cuando se denunciaron 11 de estas estafas, mientras que desde enero de este año hasta el pasado 15 de agosto ya son 14 y todavía no ha terminado el año. De los timos clásicos aquel año fue el de la mancha el más repetido, pero el que ha tenido mayor alcance por el volumen económico y la extensión de la trama criminal, de ámbito nacional, fue un 'nazareno' de un millón de euros que golpeó de lleno al gremio de joyeros y que salió a la luz en enero de 2009, aunque los registros y las detenciones comenzaron a producirse un mes antes.

La 'Operación Renedo', que lleva el nombre de la joyería de alto nivel que abrieron los estafadores, se recuerda por su gran repercusión en la Comisaría, como «uno de los casos más importantes de los investigados y esclarecidos». Explican los especialistas del Grupo de Delitos Económicos que se trataba de «un grupo familiar, que tenía muy bien organizado el reparto de tareas, muy cualificados y con una gran apariencia de solvencia, que fue decisiva para integrarse en el gremio sin despertar sospechas y poder engañar a empresarios de media España». Tras casi un año de investigaciones, la Policía logró recuperar una cuarta parte del botín. «Estamos hablando de relojes de 8.000 y hasta 20.000 euros», resume uno de los especialistas que participó en la operación.

Los timadores abrieron una lujosa joyería en el número 15 de la calle Renedo con todos los requisitos legales de una sociedad limitada y el primer pedido de género lo abonaron religiosamente para no despertar sospechas. Tres meses después huyeron con un millón de euros en joyas de distintos proveedores, a quienes habían entregado pagarés sin fondos.

Los agentes comenzaron a investigar el negocio a raíz de recibir las primeras denuncias de las víctimas, procedentes de todo el territorio nacional, y de descubrir que el titular de la empresa era un indigente afincado en Cataluña. La primera detención fue la de la administradora única de la joyería, María del Pilar G. B., de 32 años, en su casa de Laguna de Duero.

Pero es el 'tocomocho' el timo más recurrente y el que mejores resultados da a los estafadores en Valladolid, tal vez por la afición que existe a la lotería. El pasado año fueron seis del conjunto de quince estafas tradicionales. En uno de esos golpes, los delincuentes consiguieron 13.200 euros, aunque la mayor cuantía hasta el momento obtenida por este sistema del décimo y la más que sospechosa lista de premios ha sido la denunciada el pasado 1 de julio en la Comisaría de Delicias: 18.000 euros.

En lo que va de año, el 50% de los timos contabilizados oficialmente han sido 'tocomochos', es decir, siete de los 14 denunciados desde enero hasta el pasado 15 de agosto. Suman una cuantía económica estafada a las siete víctimas de 48.950 euros.

Cada vez más preparados

El goteo de estas estafas, indican los expertos policiales, es constante y aunque el porcentaje se mantiene en cifras que no son alarmantes, sí insisten en recordar a los ciudadanos que «nunca hay duros a cuatro pesetas» y advierten de que los timadores cada vez están más preparados y «puede caer en la trampa el más pintado».

Los últimos casos de timos en los que ha trabajado la Policía Judicial tienen un sabor más internacional y han ocurrido el mes pasado. Agentes de la Policía Nacional de Zamora y Valladolid detuvieron hace pocos días en el paseo Zorrilla a un varón de nacionalidad guineana y con domicilio en Zaragoza, Cosme B.A., como presunto responsable de un delito de estafa mediante el procedimiento del 'wash-wash', que consiste en hacer creer que mediante un líquido se convierte papel blanco en billetes de curso legal. Los hechos tuvieron lugar en julio, cuando dos guineanos contactaron con un empresario de Zamora, a quien ofrecieron comprarle piezas de vacuno para abrir una carnicería en Valladolid. Para ello le pidieron una señal y le mostraron un «sistema innovador» mediante el cual, papeles en blanco, al ponerse en contacto con billetes de 50 euros, y a los cuales se les vertía un líquido especial, se transformaban en otros de curso legal de ese valor. Tras hacer una muestra, el ganadero confió en ellos y les prestó más de 33.000 euros, dado que éstos le manifestaban que con cada billete solo se podía hacer una vez este proceso químico. Además, le instalaron una caja fuerte en su propiedad, donde supuestamente le dejaban el dinero que les acababa de prestar para el experimento y un fajo de billetes de papel blanco, preparados para hacer el cambio.

Líquido especial

Transcurridas unas semanas, se volvieron a poner en contacto telefónico con el empresario y le dijeron que habían perdido el líquido especial y que tardarían un poco más en volver porque estaban haciendo gestiones para comprarlo y les hacían falta otros 20.000 euros. Esto despertó las sospechas de la víctima, que abrió la caja fuerte y comprobó que todo era papel en blanco. Inmediatamente denunció lo ocurrido en la Comisaría de Zamora y se siguió el juego a los estafadores para detenerlos. El día 5 de agosto, una tercera persona se puso en contacto con el empresario y le comunicó que tenía el líquido especial. Quedaron en Valladolid el día 9 con la finalidad de recoger los 20.000 euros y darle el líquido que transformaba el papel blanco en dinero. El contacto fue detenido.

El timo del vidente es otra de las estafas detectadas hace tan solo unos días, que culminó con la detención de un senegalés de 40 años, M. B., que ofrecía servicios de magia africana. Todo comenzó cuando dos personas denunciaron haber sido víctimas de una estafa de 1.340 y 540 euros, respectivamente. El señor Dabo ofrecía sus servicios por 20 euros la consulta pero, una vez lograda la confianza de las víctimas les pedía más cantidades de dinero y más elevadas, «siempre prevaliéndose del estado de necesidad psicológica o de precariedad económica en la que se encontraban», señalaban desde la Subdelegación del Gobierno.

Mucho más sofisticado es el entramado de la 'Operación Burbuja', que se ha completado la semana pasada con las últimas cinco del total de quince detenciones realizadas por la policía vallisoletana, que así da por zanjada la investigación de una estafa, que se detectó en junio, basada en la utilización de documentos falsos para tramitar hipotecas y préstamos personales. Los estafadores, que aprovechaban sus puestos de trabajo en bancos e inmobiliarias, se hicieron con 610.000 euros.

El timo de «la paga y señal para ver el piso» es otro clásico del sector inmobiliario, mucho más simple en su ejecución pero no por ello menos eficaz y es uno de los que, al igual que ocurre con las mil y una modalidades de sorteos falsos, tiene campo abonado en Internet, el paraíso de los timadores por la impunidad que ofrece.

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