Un perro muy animado

Creado en 1954 por Brad Anderson como tira cómica para los periódicos (publicada en multitud de países), el perro Marmaduke salta ahora a la gran pantalla en una película para toda la familia dirigida por Tom Dey, responsable de 'Novia por contrato'. Marmaduke ya hizo sus pinitos en el campo de la animación, pero ahora el gran danés protagoniza una propuesta donde los personajes y fondos reales se mezclan con imágenes retocadas por ordenador. El rey de la función no es pura infografía, en la línea de la adaptación de 'Garfield', pero los técnicos han tocado su rostro para que parezca que habla al espectador o intercambia unas palabras jocosas con otros animales que alegran el festejo. El mismísimo Owen Wilson presta su voz en la versión original al gran can 'humanizado', un icono que aquí baila, hace surf y ligotea con las hembras de su especie, además de lucir orgulloso unas lujosas gafas de sol.

'Marmaduke' no chutó como se esperaba en la taquilla de EE UU. La fórmula de 'animal-que-habla' parece estar agotada, pero este tipo de productos funcionan bien en el mercado del DVD. En el filme, Marmaduke se muda a California con la familia que le ríe las gracias, los Winslow, abriéndose un mundo increíble de posibilidades para el can. Amor, nuevas amistades... y una guerra entre perros callejeros y chuchos con pedigrí obsesionados con marcar su territorio.

Un gato parlanchín de comportamiento impredecible, su hermanastro (ahí es nada), se convierte en inevitable compañero de fatigas del protagonista, que ya apareció convertido en dibujo animado en varios episodios animados de 'Heathcliff' ('Isidoro') y 'Garfield and Friends'. Las travesuras de Marmaduke, que cuando entra a una habitación es como un elefante paseándose por una cacharrería, sembrando el caos a su paso, son el motor de una comedia para toda la familia que sigue la estela de 'Beethoven' y compañía. Nada nuevo bajo el sol, pero eficaz en su género.