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La japonesa Marie Kondo ha propiciado una vuelta de tuerca en los armarios y cajones de medio mundo gracias a su método 'KonMari' mundialmente famoso gracias a las redes sociales y a sus programas en Netflix. No trata solo de doblar la ropa de una determinada forma, sino de una actitud hacia nuestras posesiones y, al fin y al cabo, una filosofía de vida que conecta sentimientos y orden.
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Marie Kondo recomienda que antes de empezar se visualice nuestro estilo ideal, qué objetivo perseguimos y su resultado. Además, sugiere que se ordene la ropa siguiendo categorías, y no por cajones, armarios ni habitaciones. Así por ejemplo podemos dedicar un día a los zapatos, otro a la ropa interior, otro a los jerséis, otro a los libros, etc. Se trata de avanzar lo máximo posible y no abandonar por el camino si solo organizamos un cajón al día. Al fin y al cabo se persigue adquirir un compromiso con el orden y estar mentalizado de que queremos este cambio.
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Marie Kondo dice que nos deshagamos de lo que no nos hace feliz, es decir, lo que siempre nos han dicho nuestros padres desde pequeños y no solemos cumplir: no acumular cosas que no usamos o que estén demasiado viejas. Este paso hay que hacerlo antes de nada, para organizar solo los objetos con los que vayamos a quedarnos. Esta pauta muestra la conexión que traza este método entre las emociones y las posesiones. Debemos mostrarnos agradecidos a todo lo que descartemos por su servicio prestado. De hecho, la japonesa afirma que amaremos más no solo lo que guardemos sino también lo que tiremos. La meta es alcanzar la felicidad a través del orden y de conservar solo lo que verdaderamente nos importa.
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La filosofía 'KonMari' se sustenta en doblar la ropa creando un rectángulo homogéneo y depués realizar tres dobleces de forma que quede un paquete compacto que se sostiene por sí solo de forma vertical sobre una superficie lisa. La claves es, primero, meter hacia dentro todos los elementos que sobresalen como tirantes, cuellos altos, la esquina de la pernera de los pantalones. Después se dobla cada lado de los jerséis y camisetas hacia la mitad (en los pantalones este paso no se aplica) y se pliega tres veces. La ropa interior también sigue ciertas reglas específicas. En las braguitas se dobla primero la parte de abajo para crear ese rectángulo y después hacia el medio. Los sujetadores van metidos insertando ambas copas en las copas del siguiente, y los calcetines nunca deben ir en la típica 'bola' que se crea al meternos en la goma de uno de ellos, ya que eso provoca que pierda elasticidad y se estropeen. En la medida de lo posible es mejor agrupar la ropa por colores.
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Doblar las prendas en vertical consigue aprovechar más el espacio, sobre todo en el caso de los pantalones, si comparamos cuánto ocupan al tenerlos cogados de perchas y con su disposición en baldas al doblarlos. Este sistema evita a toda costa apilar unas cosas sobre otras, lo que provoca que la ropa se arrugue menos al no sifrir el peso de otras prendas. Otra ventaja es que visualizamos todo a la vez y podemos escoger mejor, mientras que con el sistema tradicional acabamos siempre ovidando lo que está al fondo. Y al elegir una prenda no se descoloca el resto.
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El método 'KonMari' se aplica también a las maletas para aprovechar el espacio y que todo llegue en perfecto estado a su destino. La ropa se dobla de la misma manera, pero es importante colocar las prendas más pesadas como los vaqueros en la parte próxima las ruedas, para que así no pesen sobre el resto de prendas al poner la maleta de pie. Los zapatos van en fundas de tela, uno junto a otro, encajados. Los papeles se guardan en bolsillos o compartimentos especiales de la maleta. Finalmente, las americanas o cazadoras se doblan no en vertical, sino en un rectángulo compacto que iría sobre el resto de la ropa, a la larga.
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Marie Kondo recomienda dejar los objetos sentimentales para el final, ya que es lo más complicado de ordenar. Lo más importante es esta premisa: Cada cosa en su sitio y un sitio para cada cosa. Si algo no tiene su lugar, búscalo. Hay que huir de la tentación de crear un cajón del caos donde guardamos todo lo que sobra y no sabemos dónde colocar. La clave está en compartimentar, ya sea con pequeñas cajas (Marie Kondo lo llama hacer Hikidashi, palabra que en japonés significa cajón) o separadores, algo que nos ayudará a ordenar y separar los objetos. No debemos olvidar la regla des descarte. Por ejemplo, en vez de tener los bolígrafos desperdigados y no encontrar uno cuando lo necesitamos habrá que tener un sitio solo para bolis, pero antes habrá que tirar los que estén rotos o no tengan tinta. En cuanto a los libros, Marie Kondo tiene una polémica regla: No tener más de 30.
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Mateo Balín y Sara I. Belled (gráficos)
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