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En Pinocio hay un circuito que te permite pasear de pino en pino.
Pinocio: un gimnasio sin la parte aburrida del gimnasio

Pinocio: un gimnasio sin la parte aburrida del gimnasio

Rocío decidió ampliar las actividades itinerantes para niños a las que se dedicaba con un espacio estable en Sanchonuño. Ese fue el origen de Pinocio, un parque multiaventura entre los pinos centrado en las familias y con actividades dedicadas a las personas con minusvalía.

rafael de rojas

Domingo, 4 de diciembre 2016, 21:34

Rocío Olmos (47 años) comienza habitualmente su jornada laboral yendo hacia un bosque de pinos. Allí se encuentra con las caras relajadas de gente de todas las edades que va a dedicar el día a andar entre las copas de los árboles o a disparar flechas. Rocío es la promotora de Pinocio, el parque multiaventura de Sanchonuño con el que ha podido cumplir el sueño que la llena de energía cada mañana: trabajar en la naturaleza.

La prehistoria de Pinocio «que significa ocio en los pinos, nada que ver con Pinocho» se remonta a 2005, cuando esta emprendedora de Lovingos que lleva 22 años viviendo en Sanchonuño abandona la marca de remolachas familiar para poner en marcha sus propios proyectos. Y comienza con una empresa de ayuda a domicilio, limpieza y cuidado de niños que lleva su nombre y apellido.

«Necesitaba reciclarme, me sabía muy bien la práctica, pero no la teoría, así que me apunté a un curso de emprendimiento en Segovia. El proyecto que presenté fue el de esta futura empresa y gané un premio de 6.000 euros para ponerla en marcha», explica. Lo siguiente fue, como en muchos primeros pasos corporativos, descubrir que unas cosas funcionaban y otras no para terminar descartando la ayuda a domicilio y centrarse principalmente en el cuidado de niños. «Lo ofrecíamos como actividades extraescolares, así que empecé a preparar programas de animación a la lectura, programas intergeneracionales o proyectos solidarios que tuvieron éxito», dice.

Las actividades para niños fueron la semilla de Pinocio, especialmente los campamentos urbanos. «Íbamos por los pueblos de la provincia de Segovia, pero yo necesitaba estabilidad, así que en 2010 nos propusimos comprar una parcela y hacer lo que hacíamos con una sede estable», cuenta. Cuando Rocío utiliza el plural lo hace en referencia a su marido, Juanjo Muñoz, su socio en toda esta aventura. Y cuando menciona la parcela, habla de la actual ubicación de Pinocio en Sanchonuño. «Allí ampliamos ese proyecto inicial de cursos y programas con un parque de aventura en el que unir el ocio con las actividades», explica.

El 3 de agosto de 2011 abría por fin Pinocio, un parque multiaventura que hoy tiene diversos circuitos que permiten pasear de pino en pino: tres infantiles (dos de ellos familiares), dos para adultos y uno para personas con discapacidad. También ofrece una zona infantil con camas elásticas y columpios, un circuito de miniquad integrado en el pinar, un mini golf de 18 hoyos, un campo de tiro con arco, cuatro áreas de paintball y cabañas donde descansar en familia, comer y celebrar reuniones empresariales o de amigos.

Un completo complejo para el ocio familiar en el que la seguridad es fundamental. «Pinocio es un parque moderno, solo lleva cinco años y cuenta con los sistemas más seguros. Tenemos mosquetones inteligentes y líneas de vida continuas. Desde que suben arriba, a los circuitos, todos los clientes están asegurados, no se pueden liberar hasta que llegan al suelo», cuenta Rocío.

Pinocio recibe a grupos de amigos, empresas y despedidas de soltero, pero sus principales clientes son las excursiones escolares y las familias, que aquí descubren experiencias que compartir. «Cuando abrimos el paintball infantil vimos con sorpresa que en él jugaban también los papás y los abuelos. Las marcadoras son diferentes y las bolas no duelen», dice esta promotora licenciada en Filología Alemana que asegura que el parque es adecuado para clientes «de 3 a 99 años». Rocío sostiene que todo en Pinocio está preparado «para que pases el día en familia, al aire libre. Para que te relaciones con tus hijos haciendo algo nuevo».

Otro de los puntos en los que incide el parque es en las facilidades para las personas discapacitadas. «En 2013 nos quedamos con la gestión del albergue de Cuéllar, donde trabajamos con muchos grupos y colectivos. El albergue está adaptado para personas con discapacidad y nuestro mayor potencial ahora es trabajar con este colectivo. Hemos hecho paquetes con el albergue, el municipio de Cuéllar y Pinocio, pero nos quedaba dar un paso, así que en mayo creamos un circuito para personas con discapacidad», relata, orgullosa. Los planes de futuro de la empresa pasan por ampliar los servicios a los discapacitados.

Rocío es una emprendedora de las que no para de probar nuevas ideas: Pinocio se renueva cada año con alguna oferta añadida para las que suele contar con «el compromiso, la ayuda y el asesoramiento» del área de Promoción Económica de la Diputación de Segovia. «Nos formamos continuamente dentro del ocio y el tiempo libre y también ofrecemos actividades como senderismo, rutas en bici, orientación o piragua. Hace año y medio nos dimos de alta como agencia de viajes, así podemos ofrecer paquetes y trabajar con otros emprendedores de la zona con todo en regla y los seguros correspondientes», explica.

Lo más gratificante de trabajar en Pinocio, para Rocío, es la posibilidad de compartir el día a día con personas que vienen a liberar tensiones (»no te encuentras con malas caras») y los efectos beneficiosos del propio parque. «Por ejemplo, el tiro con arco ejercita la concentración y la disciplina, el paintball ayuda a liberar energía y los circuitos por los árboles son una manera de estirar con la que ejercitas músculos que ni sabías que tenías. Todo el parque es un gimnasio al aire libre, pero sin la parte aburrida del gimnasio», dice.

En Pinocio se trabaja durante todo el año. De marzo a septiembre se abre a diario y en invierno se preparan las campañas y se recibe al público, principalmente los fines de semana. El personal del parque pasa de las 5 personas de la temporada baja a los 30 monitores del verano. Con toda esta experiencia a sus espaldas, Rocío recomienda a los futuros emprendedores «que empiecen con muchísima ilusión, que es lo más importante. Si usas esa ilusión tienes casi todo el trabajo hecho. A veces los proyectos no salen, pero no pasa nada. Hay que estar muy atento a las señales y ver qué puerta está abierta». Para esta emprendedora no es necesario arrancar con mucho dinero: «yo empecé con los 6.000 euros del premio, así que no hay que asustarse. El resto consiste en tener mucha dedicación y luego vendrá la gratificación de crear algo tuyo y trabajar para ti. Eso sí que es algo que hará que valga la pena».

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