Lluviosa final del circuito novilleril en Fuentesaúco

Que cosa peor que las musas que abastecen los vaivenes del tiempo, presenten un término medio, entre la temeridad de la lluvia o indicios dudosos de una tarde despejada. No me divierte la situación, al contrario, me preocupa… Pero vayamos a lo que tenemos en el cartel. Primero, muy oportunamente, la imagen de Andrés Vázquez en opinión de los aficionados cabales: gran torero. Lo avalan diez puertas grandes en Madrid del espada zamorano. Siempre actuar allí hay que ir con la verdad, llevarse el toro a los medios para cuajar la faena, condición imprescindible para repetir en el coso venteño.

Con arreglo a lo que acabamos de decir, nos fijamos en el elenco ganadero, encaste Vega-Villar y Domecq, dos morfologías y comportamientos diferenciados en cuanto a los motivos de hábito e instinto. Como vemos, un flash de expectación, de nuevo las cámaras de televisión regional para transmitir el espectáculo. Sin embargo, todo cambia ante la prueba final, se realiza el paseíllo y Mario Navas, por delante, abre el festejo.

Lluvia insistente que deja una tarde muy desapacible y en mala situación de la arena en el ruedo, en función al desarrollo de la lidia y la estabilidad de los toreros. Buen nivel de los tres novilleros, dejando una buena impresión a los pacientes espectadores que siguieron el festejo.

Mario Navas topo con el peor lote, su primero simplemente cumplió, y él desarrollo una faena aseada que fue suficiente para cortar una oreja. Su segundo fue el peor, soltaba la cabeza al final del pase haciendo difícil ligar las series. Eso hizo que la faena tuviese altibajos aunque se ciñera en los lances, se premio su labor con otra oreja.

Ismael Martín dejo muestra de su disponibilidad y variedad como un torero largo. Toreo con gracia y majeza con el capote, banderilleando a sus dos novillos ante las dificultades que presentaba el firme del suelo; en mí opinión, destacó de manera especial en el quinto. Un buen ejemplar del encaste Vega-Villar que lo toreo con temple y naturalidad, dibujando unas naturales que supo ligar que buenos pases de pecho. Recibió una oreja en su primero y otra en éste último que bien pudieron ser dos, tal y como iba la tarde.

Daniel Medina, en su primero, tercero de la novillada, fue el mejor del encierro. Noble en la embestida, fijeza en los engaños y con fuerza para transmitir al tendido. Lo aprovecho muy bien con un toreo de ritmo y compás, componiendo muy bien la figura, aunque a veces los pases daban la nota «del despegue» al correr la mano. Se le concedieron las dos orejas y, ya en el tercero, la faena y el novillo no tuvieron esa bonanza; dejó muestras de su buen hacer y consiguió una oreja aunque fallase en el descabello.

En resumen, triunfador Daniel Medina, segundo clasificado Ismael Martí y en tercer lugar, Mario Navas. Eso sí, con más partidarios unos que otros. ¡Qué vamos hacer! Al final, a todos nos unió la humedad por la acción del tiempo.

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