Real Valladolid y Girona, unidos por el cambio de escudo

Salvo que fueron fundados en la misma época –el Real Valladolid en 1928 y el Girona en 1930- estos dos clubs no han tenido mucho que ver en su caminar por las diferentes categorías del fútbol español.

La primera vez que se encontraron en un partido de carácter oficial fue el 2 de noviembre de 1958, en la octava jornada del campeonato de Liga de segunda división, en el viejo estadio José Zorrilla. El Real Valladolid, que había descendido la temporada anterior, era uno de los gallitos para recuperar el sitio perdido en la élite, mientras que el Girona –entonces se titulaba Gerona Club de Futbol- era el club más modesto de Cataluña, el único representante de una capital que no había militado en primera división.

Aquel partido fue un paseo para los discípulos de Saso, que lograron la más copiosa goleada de la temporada en la que el Valladolid ascendió a primera y el Girona bajó a tercera. El 8-1 fue, y sigue siendo hoy, la más abultada derrota gerundense de toda su historia. Morollón (2), Mirlo (2), Pereda (1), García (1), Ramírez (1) y Espell, en propia puerta, fueron los autores de los tantos.

Hoy, 64 años después de aquello, gerundenses y vallisoletanos disputarán en Montilivi el partido correspondiente a la quinta jornada del campeonato liguero de primera división, en un panorama muy diferente al de aquel primer encuentro. En aquella época las polémicas del fútbol solían protagonizarlas los árbitros, a quienes habitualmente se culpaba de las derrotas del equipo de cada cual.

Ahora, al fútbol le rodean tantas cosas, que además de los árbitros y el VAR, se habla de temas impensables hasta hace bien poco. Por ejemplo, el cambio de los escudos de los clubs de fútbol. Y en esta faceta Girona y Real Valladolid han protagonizado un verano conflictivo, aunque en honor a la verdad los aficionados vallisoletanos están más enfadados con los dirigentes que los gerundenses con los suyos.

No es cuestión ahora, cuando los dueños de la entidad blanquivioleta tienen el asunto atado y bien atado, de volver sobre las disidencias suscitadas por la supresión de la Laureada de San Fernando que Franco había concedido a la ciudad en 1939 y que el entonces presidente del Valladolid, José Miguel Arrarte, incorporó al escudo del equipo en 1962.

Curiosamente, el rival de los blanquivioletas hoy también ha suprimido de su escudo un elemento muy significativo, la corona. La explicación de los directivos catalanes es muy parecida a la que dieron aquí Ronaldo y sus compañeros de Junta: «Hay que adaptarse a los nuevos tiempos, dar una imagen más moderna de la entidad».

La diferencia entre la decisión tomada en ambos clubs, es que el Girona hizo una encuesta entre los aficionados a los que presentó varias opciones de diseño para el nuevo escudo y la elegida lo fue con más del 80%, mientras que en el Valladolid la decisión la tomaron los dirigentes y solo fue presentada a los seguidores cuando ya estaba todo decidido, si bien es cierto que en las diferentes opciones que presentó el Girona había un denominador común, la ausencia de la corona.

Conviene recordar que la corona ha estado en el escudo del Girona desde el primer día de su fundación, 92 años. Esa corona, que coincide con la de la Diputación gerundense, tiene como es lógico su historia. Gerona fue uno de los 14 condados de la Marca Hispánica, creada por Carlomagno en el siglo VIII. Después, cuando Pedro IV el Ceremonioso otorgó el título de duque a su primogénito, Gerona se convirtió en ducado, hasta que Fernando I nombró príncipe a su primogénito y pasó de ducado a principado.

Tanto la Diputación como el club han lucido su corona –más variable la de la entidad provincial que la del equipo- sin que nadie se quejara oficialmente de la ofensa que dicha corona puede suponer para los seguidores del conjunto rojiblanco que, por cierto, nunca ha cambiado sus colores. Siempre ha vestido camiseta a listas verticales rojas y blancas.

Lo que no puede ocultarse es que la capital y la provincia gerundenses mantienen con la Monarquía española una etapa de distanciamiento y hostilidad que ha derivado en la supresión de la entrega de los Premios Fundación Princesa de Girona en la capital gerundense, primero con la excusa de la pandemia y recientemente por su traslado a la localidad barcelonesa de Cornellá de Llobregat.

Se dice que en la supresión de la corona del escudo del Girona FC hay un trasfondo político ligado al independentismo, pues conviene no olvidar que el club rojiblanco es propiedad de un grupo cuya cabeza visible es Pere Guardiola, el hermano de Pep Guardiola, que tiene una postura muy clara y definida en todo este asunto.

Como decía al principio, la explicación común que han dado los dirigentes de ambos clubs es que el cambio obedece a un diseño más moderno y adaptado a las tendencias gráficas actuales. El diseño del nuevo escudo del Girona es, básicamente, el mismo que el anterior, con el nombre en la parte superior del círculo y…sin la corona.

Y el del Real Valladolid es como si al escudo fundacional, el de 1928, le hubieran atiborrado de comida para ponerle más orondo… sin la laureada. En fin, tarde o temprano nos olvidaremos del tema de los escudos y de las modas impuestas por el merchandising de los clubs, y echaremos la culpa de las derrotas de nuestros equipos a los árbitros, como siempre ha ocurrido, y al VAR que es otro invento moderno.