«Echaba de menos poder estudiar aquí»
Lecrác ·
Las dos salas del centro cultural abrieron ayer por primera vez tras el confinamiento con la mitad de plazas por seguridad y con colas para entrar a las ocho de la mañanaHuecos entre los estudiantes en las mesas, cintas para señalizar la entrada y la salida evitando aglomeraciones y gel hidroalcohólico para todos. Las dos salas de estudio del centro cultural Lecrác volvieron a funcionar ayer por primera vez tras el estado de alarma. Si a las ocho de la mañana abrían sus puertas, Sara Aguado y Estela Díez ya estaban esperando a las 7:30, las primeras, para poder entrar. «Se echaba de menos estar aquí, porque en casa es imposible estudiar», señalaba ayer Sara Aguado, tras tomarse un descanso para un café. «En casa no se puede estudiar igual, por mucha atención que prestes no es lo mismo. Yo no consigo concentrarme igual», agrega Estela Díez. Ambas estudiantes tienen una fecha marcada en el calendario, el 1 de julio, día que arranca la EBAU, que ambas harán en La Yutera.
De las 128 plazas iniciales que consta el Lecrác entre las dos salas de estudio –72 en la Sala 1 y 56 en la Sala 2–, se han reducido a la mitad, exactamente a 64. Se han retirado las sillas de los sitios alternos para aumentar la seguridad y el espacio entre los estudiantes. Pablo Aguado también acudió ayer a preparar la EBAU. «Se nota que hace menos calor al haber menos gente en las salas», afirma el estudiante de segundo de Bachillerato del Jorge Manrique. «Este año parece que la prueba va a ser más fácil, ya veremos», afirma el palentino. «A pesar de que no he madrugado mucho, algún hueco quedaba», agrega.

Aunque quedase algún hueco libre a las diez de la mañana, es cierto que cuando se abrieron las puertas a las ocho ya había cola de estudiantes que querían entrar, reencontrarse con el silencio, con la concentración y con otros estudiantes que estuviesen en una situación parecida. «Estaba deseando que abrieran desde que comenzó la desescalada. Todos los días miraba en Internet si anunciaban la apertura», reconoce Lucía Villamañán, que oposita a Policía.
«Echaba mucho de menos el poder tener un lugar en el que estudiar, porque en casa no es lo mismo. Cuando eres opositor es como un puesto de trabajo y haces unas horas fijas», argumenta, por su parte, Clara Gil, que oposita a veterinaria.
Estas salas de estudio abren todos los días durante junio y julio. Si de lunes a viernes lo hacen de 8 a 15 y de 16 a 22 horas, los sábados abren de 9 a 14 y de 17 a 22, mientras que los domingos también hay opción de estudiar por la mañana (10 a 14).
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