Boadilla de Rioseco: tierra de agricultores, boticarios y artistas

Boadilla de Rioseco siempre ha sido tierra de labradores. Ya en la Edad Media se conocían estos terrenos bajo el nombre de 'Bovatella in Rido seco' que significaba lugar de la hoyada, es decir, lugar de bueyes.

Boadilla de Rioseco a lo largo de su historia también fue un lugar solariego que perteneció a la importante familia de los Alburquerque, fue vendido en 1608 al duque de Lerma y en otra época llegó a pertenecer a la provincia de Toro.

Todos estos datos son algunos de los que hoy podemos conocer gracias al trabajo de investigación realizado por el agricultor y ganadero Antonio Coloma, que escribió el libro 'Boadilla de Rioseco en la historia. Una villa en el corazón de Tierra de Campos'.

En él se recogen las huellas en el paso del tiempo de este pueblo de la comarca terracampina situado en el límite de la provincia de Palencia. También aparecen entre sus páginas los personajes que han creado la historia de Boadilla de Rioseco y la importancia que han tenido las boticas y la medicina en esta localidad.

Es probable que en Boadilla hubiera en otros tiempos hasta tres boticas en pleno funcionamiento que dispensasen a los vecinos fórmulas magistrales que les curaban sus enfermedades. Por ellas pasaron Andrés de la Cruz, Bernabé Martínez y Miguel del Campo. Cuando se organiza el Colegio de Farmacéuticos en Palencia, Ángel Fernández traspasa su farmacia al nuevo boticario Teódulo Melero Betegón, que consigue abrir el establecimiento en 1915. Cinco años más tarde interrumpió su actividad hasta 1924. En esta segunda etapa, Teódulo trabajó en Boadilla de Rioseco, pero también lo hizo en el pueblo vecino, Villacidaler, hasta que se jubiló a los 70 años.

Teódulo, era conocido por todos los vecinos y su característico sombrero de bombín se convirtió en un símbolo de la localidad. Su interés por la medicina fue herencia de su padre, Leocadio Melero Rodríguez, quien ejerció como médico del pueblo desde 1879 hasta 1918.

No hay que olvidar que por las boticas y farmacias de Boadilla también pasaron profesionales como Pedro Méndez, Gervasio Dacio, Mariano Escobar o Gregorio Ruipérez y Chacón. Muchas personas contribuyeron a que los vecinos de Campos conservaran la salud de un roble y quizás fuera por ello que entre 1910 y 1912 hubiera tres farmacias abiertas y hasta 1926 se conservasen dos. En la actualidad, no queda ninguna.

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