El Rambo del Bierzo: 15 armas de fuego, 68 blancas y 501 cartuchos

La Audiencia Provincial de León juzgará el próximo 23 de noviembre a Miguel Ángel R.G, conocido como el Rambo del Bierzo, que se enfrenta a once años de prisión por los delitos de depósito de munición de guerra, tenencia ilícita de armas y tenencia de sustancias o aparatos explosivos.

El vecino de Quilós de 41 años de edad fue detenido por la Guardia Civil en 2010 después de que se hallar en su poder 15 armas de fuego, 68 armas blancas, entre ellas una catana de 50 centímetros, 501 cartuchos de munición, 74 considerados como munición de guerra y 21,8 metros de cordón detonante.

Según las calificaciones provisionales a las que ha tenido acceso leonoticias, la Guardia Civil procedió a la detención del acusado, sin antecedentes penales, al sospechar que tenía en su poder armas, municiones y sustancias explosivas no autorizadas por la ley después de publicar imágenes violentas en el canal de youtube.

En las imágenes se le veían disparando con diferentes fusiles simultáneamente, con grave riesgo para las que personas que por allí pudieran circular debido a la dificultad del manejo conjunto de las mismas.

Asimismo, también se le veía manejando un fusil con una escopeta y una pistola, todo ello en una zona boscosa no determinada, así como también se le pudo observar en otras grabaciones con armas blancas amenazando a personas que no han podido ser identificadas.

Por ello, los agentes procedieron a la detención del varón y solicitaron autorización judicial para la entrada y registro de su domicilio en Quilós el 14 de abril de 2010 donde encontrar tres escopetas, dos carabinas, cuatro rifles marcas CETME, Browning, Waffen Schumacher y Endfeld, tres pistolas, una pistola detonadora y dos revólveres.

Arsenal de guerra

Asimismo, en la vivienda hallaron 74 cartuchos considerados legamente como munición de guerra, perfectamente aptos para ser disparados, estando comprobado que el acusado no estaba facultado para poseer esta munición y que no tenía la consideración legal de coleccionista.

Igualmente se halló en su poder 427 cartuchos de municipio normal, dos cargadores con capacidad para 20 cartuchos y cinta ametralladora, considerado un arma de guerra estando prohibida su posesión a particulares.

Por su parte también se halló en poder del procesado, sin que tuviera tampoco autorización para ello, 21,8 metros de cordón detonante que supondrían 261 gramos de pentrita, sustancia considerada como un potente explosivo y sin que el procesado estuviera incurso en ninguna de las causas que podrían justificar su tenencia.

Por último, también se halló en el domicilio del proceso y a su disposición una cerbatana perfeccionada de color azul de un metro de largo provista de seis dardos, dos tiragomas perfeccionados, dos bates de madera, ocho bayonetas, una catana de 50 centímetros de largo, 17 machetes, diez navajas, 14 armas blancas tipo cuchillera y puñal, 12 cuchillos y puñales lanzadores de diferentes tamaños y marcas y un puñal Stainlles steel. Estando probado, según remarca el fiscal, que con una de estas armas, sin poder precisar cuál, el procesado amenazó a una persona.

Los hechos son constitutivos de un deleito de depósito de munición de guerra, tenencia ilícita de armas y tenencia de sustancias o aparatos explosivos. Por ello, el Ministerio Fiscal solicita una pena de once años de prisión, seis por los dos primeros delitos y cinco por el tercero, y la privación del derecho a la tenencia y porte de armas. El imputado será juzgado en la Audiencia Provincial de León el 23 de noviembre en un acto en el que el fiscal pide que sean exhibidas las armas y municiones.

«Juguetes y afán de coleccionismo»

Por su parte, la defensa se muestra disconforme con el relato del Ministerio Fiscal puesto que los hechos narrados no consta que los disparos «se producen en zonas del coto de caza de Cacabelos» y remarca que todas las armas con capacidad de disparar se encontraban amparadas con licencia y el resto «son juguetes o meras imitaciones, en ningún caso son aptas para ser disparadas».

Respecto a la cartuchería, continúan la representación legal del acusado, el acusado es un cazador que caza normalmente y que compra en gran cantidad para conseguir descuentos en los precios, y sobre a las bayonetas y diferentes armas blancas, asegura que a pesar de carecer de licencia, lo que mueve a su cliente es un ánimo «innegable de coleccionismo» que le lleva a buscar armas antiguas e incluso a fabricarlas.

Por último asegura que su cliente no recordaba que tenía el cordón detonante pero que desde un primero momento señaló su procedencia y quien lo entregó al igual que siempre ha recordado que «todas las armas que tiene las tiene legales». Por ello, la defensa asegura que no existe delito y pide la libre absolución de su cliente.

Diferentes posturas que se enfrentarán el próximo 23 de noviembre en la Audiencia Provincial en una vista en la que la Fiscalía ha solicitado la exhibición del conjunto del arsenal que tenía el Rambo del Bierzo en su domicilio.