Los cachorros del Nava y el espejo del primer equipo
Nicolás Maroto, Sara Martín, Celia García y Henar Velasco llevan el trabajo del Nava a los campeonatos de España, una experiencia vital
¿Cómo se construye un jugador de balonmano? «Es una buena pregunta, si hubiera una fórmula exacta, haríamos jugadores sin parar». Responde Guillermo Algorri, preparador físico del primer equipo del Nava y entrenador del infantil masculino, una categoría con la que consiguió el bronce con Castilla y León en el Campeonato de España. Es su primer año en Nava de la Asunción, así que celebra con orgullo pasar por el patio del colegio y ver a niños jugando. Su respuesta es la unión entre diversión y disciplina, un binomio que lleva desde niños a mayores. Si hubiera una fórmula como la de la Coca-Cola, al pueblo, pese a sus menos de 3.000 habitantes, no le faltarían cobayas.
Algorri habla de una experiencia que permite a los infantiles acercarse al máximo rendimiento. El Campeonato de España es la cima de la categoría –hasta los cadetes no optan a selecciones españoles–, por lo que supone una pica en su evolución. Él, que lo vivió como parte de la última selección de Castilla y León en ganar el Campeonato de España juvenil, habla de la experiencia valiosa. «Amigos, recuerdos, viajes… Es algo que te queda para toda la vida». Lo hizo en 2012, con el exnavero Dani Gordo como entrenador.
Aquella selección tenía dos núcleos (León y Valladolid); los nuevos combinados se han democratizado. El nuevo mapa regional de balonmano es más diverso. En su selección había jugadores de Burgos, Aranda de Duero, Valladolid tiene ahora más efectivos del Aula Cultural, tradicionalmente más enfocado al femenino –incluido el capitán y máximo goleador–, jugadores del Balopal de Palencia o Sariegos, en León. Por el Nava, acudió Nicolás Maroto. Algorri cita a clubes de Salamanca o Zamora. «Castilla y León es un conglomerado de clubes que lo están haciendo muy bien».
«Si supiéramos cómo se construye un jugador de balonmano, una fórmula exacta, haríamos jugadores sin parar»
guillermo algorri
Preparador físico
El Nava tiene su papel en el conglomerado. Además de Maroto, acudieron tres jugadoras. Celia García y Henar Velasco fueron sextas con las juveniles, mientras que Sara Martín logró la plata en la Copa con las infantiles. También el entrenador Edu Izquierdo, séptimo con los juveniles. «Es obvio que no es tan fácil que salga un jugador de calidad como en ciudades más grandes. Eso da un mérito tremendo. Las nuevas generaciones van a suplir a estos jugadores. Ha habido años en los que se ha perdido llegar a fases finales como hicieron Óscar Marugán o Javi Gómez, pero estamos trabajando para llegar lo más arriba posible dentro de las dificultades de la España Vaciada».
El ascenso del Nava empezó con una generación local, pero se culminó en Asobal con jugadores foráneos. El reto como club es mantener el equilibrio entre pertenencia y competitividad. «Nava siempre ha tenido jugadores de la casa en el primer equipo. La misión de los que hemos llegado ahora es que los chicos que están en categorías de formación puedan llegar, por lo menos para ser uno más». Cita no solo a veteranos como Carlos Villagrán sino a canteranos más jóvenes como Marugán. «Es el camino correcto. Esto no solo es el alto rendimiento, sino que representamos a esta España olvidada. Tanto el club como el pueblo le dan valor».

No es fácil ser un jugador profesional de balonmano, pero Algorri destaca el valor de convivir con el primer equipo. «Es un espejo donde se pueden ver y soñar con llegar algún día». Él pone en valor la categoría infantil como «la más importante» porque marca el camino que seguirán las generaciones. «Es cuando se empieza a entrenar de una manera más formal». En unas edades con sobradas alternativas tecnológicas sedentarias para los jóvenes, su reto es entretenerles. Una tarea en la que modo de vida del pueblo ayuda. «En Nava tienen la suerte de tener una vida mucho más sana y enriquecedora que los chicos de ciudades grandes. Pasan más tiempo jugando en la calle. Eso hace que sea más fácil entretenerles y que jueguen». Su apuesta es más lúdica que metódica. «Me gusta poner muchos partidos; lo que divierte a los chicos es jugar al propio juego. Habrá días que haya cosas un poco más aburridos, pero es una fórmula que funciona».
Equipo femenino
Cada vez hay más chicas en categorías inferiores y Algorri, que ha entrenado al Cleba, el principal equipo femenino de León, celebra la tendencia. «Es un deporte más y yo creo que engancha mucho. Los clubes femeninos están trabajando bastante bien». El Nava esgrime una generación juvenil que llegó a un Campeonato de España y cuenta con presencia en selecciones territoriales. «Ojalá en unos años haya aquí un equipo femenino».
Algorri vio en ese campeonato infantil el balonmano que viene. Destaca a Galicia como ejemplo. También a Valencia, la mejor selección, una zona que está apostando fuerte en los últimos años con clubes que pelearán el ascenso a Asobal frente al Nava, llámese Alicante o Puerto Sagunto. Completan el mapa las clásicas: Cataluña, Navarra y Euskadi. Castilla y León esgrime el quinto puesto global. «Tenemos que estar contentos, pero todavía estamos un poquito lejos de ellas». Nava pondrá su grano de arena.
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