La armonía rota

Como autor de teatro que soy, lo que más me ha interesado de la obra de Miguel Delibes, como novelista, es la valiosísima galería de retratos de sus personajes, seres de ficción mediante los cuales nos muestra, con gran realismo y precisión, el espacio y el tiempo que le tocó vivir, recordar, añorar y mitificar con sus palabras: Castilla, y la segunda mitad del siglo XX.

Los escritores solemos quedar atrapados en la misma tela de araña que construimos para captar las sensaciones y sentimientos de nuestro entorno, enredados en los hilos del doloroso transcurso del tiempo, ese tiempo que todo lo destruye y que nos hace rememorar los célebres versos clásicos de la melancolía del pasado: «...cómo, a nuestro parecer, / cualquiera tiempo pasado fue mejor». Pero, ¿para los protagonistas de las historias de Delibes fue mejor?

En esa luminosa galería de retratos vemos aflorar la sustancia y circunstancia de esos seres que dibujan todo un mapa humano. Y como la pluma es la lengua del alma, como nos dijo el maestro Cervantes, de las palabras de Delibes van saliendo dolores y renuncias escondidas de lo que pudo hacer sido y no fue, en boca de sus personajes, mostrándonos, cuando hablan, su carne herida y sin horizontes, y cuando callan, la pregunta que han tenido siempre a punto de brotar en la punta de su lengua, que nos conmueve: «¿Tanto sufrimiento para nada?».

Cuando recordar el pasado duele, y no confiamos en los nuevos tiempos que llegan, en los que no contamos, solo nos queda el autoengaño del individualismo y la supervivencia del aislamiento y el escepticismo. La lengua la usamos entonces de escudo, como hace el autor con las criaturas del imaginario de sus novelas. Y mediante sus metáforas, brillantes, limpias y sonoras, hace surgir la armonía de la naturaleza que sirve de fondo a esos retratos acogiendo a todos con sus brazos abiertos, como siempre. Armonía ahora rota por la falta de piedad, justicia y dignidad humana, que crece cada día alrededor de esos seres, como nos muestra la obra de Miguel Delibes.