El director general de Copese, José Muñoz, explica el funcionamiento del centro cárnico. / Antonio de Torre
ECONOMÍA

Copese muestra las excelencias de su proceso integrado de producción

El grupo agroalimentario controla desde la crianza hasta la comercialización de sus productos

NACHO SÁEZ

Jueves, 10 de mayo 2012, 14:36

«La mejor fórmula para hacer las cosas bien en este mundo es intentar hacerlo todo uno mismo», dijo en un momento de su discurso el director general del Grupo Copese, José Muñoz, que explicó ayer, durante la jornada de puertas abiertas que realizó el grupo agroalimentario para los medios de la comunicación en el centro cárnico Las Salinas en Coca, cómo es el funcionamiento de la empresa. Un proceso integrado de producción les ha permitido tener controlada directamente toda la actividad que realizan, que comenzó en 1976, de la mano de Juan Antonio de Frutos, con la comercialización de piensos y que poco después, con la entrada en la empresa de Marino Muñoz, añadió la fabricación de piensos. Hoy, esta actividad es una más en una larga cadena dentro del Grupo Copese que se inicia con la propia fabricación de los piensos producen 7.000 toneladas mensuales y que continúa con la posesión de 7.000 cerdas reproductoras gestionadas en ocho granjas propias y otras 45 en régimen de integración (ceden las cerdas reproductoras a granjas particulares de la zona, aunque mantienen un control exhaustivo).

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La fabricación de piensos y correctores y la selección porcina en granjas a partir de parámetros de control y calidad es la primera parte del proceso integrado de producción que desarrolla el Grupo Copese. Un proceso «exclusivo», asegura su director general, José Muñoz, «que nos permite aplicar los más exhaustivos controles desde la crianza hasta la comercialización de nuestros productos, y conseguir así los más altos estándares de calidad para competir en un mercado en el que el consumidor es cada vez más exigente».

Consolidada en la producción y transformación de productos del cerdo blanco Duroc e ibérico de cebo, la empresa, que cuenta con 160 trabajadores directos y hasta 240 indirectos, tiene en el centro cárnico Las Salinas, el punto estratégico de su actividad. José Muñoz guió un paseo por las instalaciones, en las que se integran una sala de sacrificio, salas de despiece, secaderos y bodegas de paletas y jamones.

Entre 2.500 y 3.000 cerdos entran cada semana en la fábrica y son sometidos a un proceso que, según explicó el director general del Grupo Copese, comienza con el aturdimiento del animal a través de una máquina de CO2. Después se le quita el pelo a través de duchas que les abren los poros, se les realizan varias limpiezas y pasan a la sala de despiece, donde se trabaja con 50 cerdos por hora. La salazón y la identificación de cada pieza con su lote, peso exacto, rango de peso y fecha de salazón son también parte de un proceso que incluye la conservación de las piezas en secaderos y bodegas a diferentes temperaturas. «Según se avanza en el proceso», indicó José Muñoz, «baja la humedad y sube la temperatura». Un aspecto que es muy importante en cuestiones sanitarias y de calidad. «Nosotros conseguimos el punto de sal justo porque en ningún momento se rompe la cadena de frío, a diferencia de lo que les sucede a fábricas de jamones, que están obligadas a echar más sal de la que sería necesaria para no quedarse cortos», añade Muñoz.

240.000 piezas

La planta de Las Salinas, donde, además, se realiza el envasado de los embutidos y los precocinados que producen en su antigua fábrica, tiene capacidad para 240.000 piezas en cada secadero o bodega caben 40.000. Jamones la mayor parte de cruce Duroc, que es el de más alta gama dentro del cerdo blanco- y paletas que se comercializan a partir de los 18 meses desde su preparación. De esta forma, el control y la trazabilidad de sus productos resulta mucho más riguroso y permite obtener, según subrayan en la empresa, unos resultados óptimos en cuanto a su calidad. Salen al mercado bajo la marca Eresma, antes conocida como Embutidos Eresma, que está presente en más de 3.500 puntos de venta de toda España.

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Esos productos son el resultado de una producción anual de 77.000 cerdos cebados (cerdo blanco) y 33.100 de cebo de lechones ibéricos (cerdo ibérico). Comercializa directamente el 95% de los primeros y el 80% de los segundos. Mientras, respecto al jamón de bellota, el director general del Grupo Copese explicó que solo lo comercializan, no lo producen.

La empresa, propiedad en la actualidad de la familia Muñoz, también ha llegado a recibir premios por sus logros en investigación y desarrollo en más de un centenar de proyectos que facilitan sus pronta adaptación a las normas europeas en el sector del porcino, como es la normativa de bienestar animal aprobada por la Unión Europea en 2002. Establece el 1 de enero de 2013 como fecha límite para que todas las explotaciones ganaderas se ajusten a la legislación. El Grupo Copese comenzó el proceso de adaptación de sus granjas propias hace cuatro años y tiene adaptadas actualmente seis de ellas y tiene previsto finalizar otras dos que son de su propiedad.

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