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J.G. TREVÍN
Sábado, 31 de diciembre 2011, 14:01
Mientras el resto del mundo mira con admiración y asombro la extraordinaria vigencia del legado del padre de la 'Nivola', su terrible clarividencia para anticipar la Guerra española o su brillantez literaria y pedagógica unida a un proverbial sentido de la justicia, Pablo, uno de los once nietos vivos de Miguel de Unamuno se detiene a recordar el poso que en la familia dejó aquel genio nacido en Bilbao al que nunca llegó a conocer.
¿Lamenta no haber conocido a su abuelo?
Claro que sí, muchísimo. Me da mucha pena. Naci nueve años después de su muerte y sé que me hubiera encantado conocerle. Recuerdo cuando yo era muy niño y la gente me preguntaba qué era mi abuelo y yo les respondía que era un sabio, porque eso era lo que de él se transmitía en la época.
¿Y no era exagerado?
No, aunque la palabra sabio tenía otras connotaciones más relacionadas con la ciencia o la tecnología. A pesar de eso a don Miguel de Unamuno también se le ponía esa etiqueta.
¿Fue la sociedad de su época injusta con él?
Quizá un poquito, sobre todo en los últimos años con todo lo sucedido a partir del 12 de octubre del 36 con el incidente de la Universidad. Mucha gente, incluidas las instituciones, le dio la espalda aunque siempre tuvo enemigos. En sus épocas políticas no se callaba nada, persiguio la corrupción y la injusticia y eso creaba enemistades. Aquí fue muy admirado y, de hecho, al volver del destierro fue aclamado pero las circunstancias de la guerra lo cambiaron todo.
¿Cree que su figura está hoy por hoy donde se merece?
Sí, por fin ha llegado a donde se merece. Todas las instituciones lo han reconocido. El Ayuntamiento, incluso, dio marcha atrás y ya está donde se merece en Salamanca, España y el mundo. Hace años no era muy querido en el País Vasco por no ser nacionalista pero él amaba profundamente su tierra. Aquello tardaron en perdonárselo pero ahora ya se le hacen homenajes también en Bilbao cada 29 de septiembre coincidiendo con la fecha de su nacimiento.
¿Cómo encajó la familia esa restitución del acta de concejal de don Miguel?
Lo vemos como un acto de justicia con el que estamos totalmente de acuerdo y muy agradecidos a la corporación actual. La anterior, no sé por qué, no tuvo la valentía de hacerlo.
¿Qué le contaban del abuelo cuando usted era pequeño?
Que era una persona muy conocida en Salamanca y que todo el mundo hablaba de él y con él. De pequeño cuando paseaba por la ciudad, mucha gente me decía que había compartido café e incluso tertulia con mi abuelo. Era una persona que en Salamanca lo presidía todo.
¿Qué historias del abuelo se siguen contando en la familia Unamuno con el paso de los años?
Para el recuerdo dejó la familiaridad y el cariño con hijos y nietos, sobre todo con los pequeños, con los que jugaba mas. Para los hijos tenía menos tiempo debido a sus multiples actividades dado que estaba dedicado a la docencia, el rectorado, la actividad política, su producción literaria, la actividad periodística reflejada en miles de artículos... Estaba muy ocupado pero jugaba mucho con los tres nietos a los que conoció. Les hacía figuras de papel ya que era muy aficionado a la papiroflexia o cocotología, como él la llamaba. También ser dice que era una persona enromemente sentimental.
¿Destaca alguna obra de don Miguel por encima del resto?
Me gusta la primera obra que publicó, 'Paz en la guerra'. Es buenisima. Pinta un poco el panorama de aquel Bilbao marcado por las guerras carlistas. Le dedicó muchísimo tiempo a ese libro. También destacaría 'Niebla', 'Abel Sánchez' o 'San Manuel Bueno, martir', aunque todas sus novelas son buenas al igual que su poesía, aunque reconozco que no la he leído toda.
¿Era difícil ser familiar de Unamuno en los años más convulsos?
Debía serlo tanto como ahora. A veces no es fácil ser descendiente de él. Es posible que abra puertas pero cierra otras. No es fácil llevar este apellido porque se nos exige ser tan listos e inteligentes como él pero eso no es así porque el legado genético no ha trascendido totalmente. La gente piensa que siendo un Unamuno debes estar a la cabeza de todo pero eso no es posible. Tenemos una carga importante por ese apellido que llevamos encima.
Y, sin embargo, también es el principal motivo de orgullo.
Así es. Nos sentimos muy orgullosos de llevarlo y también de esa personalidad del abuelo que le hacía no callarse ante la injusticia. Personalmente también me enorgullece muchísimo esa dedicación que tuvo para proteger a los probres y los más debiles como los campesionos, muy deprimidos en aquella época.
¿A su abuelo también le dolería una España como la actual?
Estaría muy triste con la crisis, con la crispación política y, desde luego, no estaría de acuerdo con ninguno de los dos partidos mayoritarios. Él, a pesar de haber pertenecido al PSOE, no era una persona de partido porque cuando tuvo que criticarlo, lo hizo. Seguro que ahora criticaría tanto a unos como a otros. También lamentaría muchísimo la corrupción política actual, que clama al cielo. En su época de diputado y concejal luchó, sobre todo, contra la corrupción, que era lo que más le dolía y, hoy por hoy, lo sentiría muchísimo.
Dada la imagen pública que proyectaba, cualquiera podría pensar que don Miguel era un cascarrabias.
No, ¡qué va! Escuchando sobre todo a mi primo el mayor, Miguel Quiroga Unamuno, porque mi padre murió siendo yo muy joven, contaba que el abuelo era enormemente cariñoso, sensible y familiar. En la vida pública era una persona fría que contestaba todo y discutía pero en casa era todo lo contrario.
¿Cree que se han perdido parsa siempre los intelectuales de la talla de Unamuno?
Espero que no. Para valorar eso se necesita perspectiva histórica. Cuando pasen 50 años alguien se fijara en una persona que vive ahora y la destacará por su talla. A Unamuno, a pesar de tener un prestigio nacional e internacional indiscutible en su tiempo, es ahora cuando se le reconoce mucho más.
¿Qué le parecen los actos del año Unamuno que celebrará Salamanca a lo largo de 2012?
La familia está encantada con todo lo que se va a hacer con motivo del 75 aniversario de su fallecimiento. El año unamuniano dejará actos muy interesantes y estamos agradecidisimos por ello.
¿Tiene conciencia de clan la familia Unamuno?
Algo así. Durante años los nietos nos hemos estado reuniendo en lugares clave relacionados con el abuelo como París, Hendaya, Madrid, Bilbao, Salamanca.... Eso se paró porque la persona que era el alma de aquello falleció pero tenemos la idea de recuperar esa costumbre y seguir demostrando que la sombra del abuelo sigue siendo alargada.
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