De tapas con los amigos por El Jero, La Mina y La Criolla

La vida profesional le ha llevado a Luis Garicano Gabilondo fuera de la ciudad en la que creció, pero no ha perdido el contacto con su familia y sus amigos «de toda la vida».

-¿Frecuenta Valladolid?

- Sí, voy siempre que puedo. Me encanta ir de tapas. Llevo a todos mis amigos extranjeros al Jero, a La Mina y a La Criolla.

-¿Sigue la actualidad de la ciudad?

-La sigo en lo que puedo, pero desde lejos es difícil.

-¿Qué echa de menos cuando está fuera? ¿Qué añora?

-Echo de menos, sobre todo, los paseos y tertulias y tapeos con mis amigos y con mi familia. La vida en Valladolid es verdaderamente rica, por la calidad del tejido social y por la cantidad de oportunidades que hay de encontrarse con gente. La ciudad tiene para eso el tamaño ideal.

-¿Sigue la pista de sus compañeros de clase? ¿Cuántos han acabado con una nómina de funcionarios?

-Mis amigos del Colegio San José son aún mis mejores amigos. Nos seguimos viendo a menudo. Vienen a Londres o a Chicago y yo vengo a verles a ellos. Sí, algunos son funcionarios, pero la mayoría tienen una vida variopinta. Rubén Abellá es escritor y fue finalista del Nadal este año. Diego Valverde fue director de la Feria del Libro y es también escritor. Ignacio García Pinacho es ejecutivo y montañero (se hizo un 8.000 el año pasado). Juanjo Ailagas es neurocirujano y Nacho Rosell trabaja para la Junta, en Sanidad. Les veo siempre que puedo y es una gozada poder disfrutar de su amistad tras todos estos años y a tanta distancia.