El barco del Rock&Roll
B. CRESPO
Viernes, 29 de mayo 2009, 03:32
U n plantel de caras conocidas es el reclamo de 'Radio encubierta', segundo largometraje de Richard Curtis, que debutó detrás de las cámaras con la divertida 'Love Actually' tras ganarse el beneplácito de crítica y público como guionista en títulos taquilleros como 'Cuatro bodas y un funeral'. Aquí se inspira en la revolución de las radios piratas que agitaron musicalmente Inglaterra en los años 60. Un barco pesquero anclado en medio del Mar del Norte es la base de operaciones de una emisora ilegal que contagia el virus de la música rock y pop.
Es la historia de un grupo de locutores y DJs que marcaron a una generación y se enfrentaron al Gobierno británico. Conflicto y romance se dan cita en una comedia que refleja la pasión de Curtis por la música, que ya quedaba patente en la banda sonora de la estimable 'Love Actually'. «Todos los de mi generación lo recuerdan», cuenta el director. «Te metías en la cama por la noche con el transistor. Lo encendías y sonaba una música fantástica que no se oía en ningún otro sitio. Al rato, tus padres gritaban desde abajo: '¡Acuéstate, apaga la luz, duérmete!'. Creo que mi pasión por el pop se vio reforzada por esa sensación de ilegalidad, de prohibición».
'Radio encubierta' invita a la risa y la nostalgia con un casting de aúpa encabezado por el siempre eficiente y cautivador Philip Seymour Hoffman, que da vida al Conde, un pinchadiscos cuyo conocimiento del rock solo se ve mermado por su engreimiento. «El 'pincha' más famoso de la época era un americano llamado Emperador Rosko», dice Curtis. El espectáculo está garantizado, con un score de lujo, con temazos que simbolizan una época.
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