«El ninjutsu más que un deporte es una forma de vida»

Francisco Sanz Debran es uno de los regentes del gimnasio Okinawa, que desde hoy comienza su nueva temporada. En este establecimiento imparte clases de Ninjutsu, disciplina a la que se dedica desde que tenía 15 años.

-¿Cuándo comenzó a practicar esta modalidad?

-Comencé con quince años, en 1986 concretamente, cuando comenzó el boom del ninjutsu. Algo muy diferente a lo que hoy en día se conoce. Después, tras venir del servicio militar, en Segovia el ninjutsu prácticamente había desaparecido, a pesar de haber llegado a tener más de cincuenta practicantes de este arte marcial. Entonces quedaba yo sólo como monitor en toda Segovia, por lo que asumí una gran responsabilidad moral. Corría el año 1992.

--¿Cuáles son las características de este deporte?

-En realidad, no podemos hablar de deporte como tal, es más bien una forma de vida, en la cual existe una parte no deportiva pero sí podemos hablar de actividad física que es lo que se practica en los tatamis.

-¿Qué beneficios aporta al cuerpo y a la mente?

-En este sentido no es, en esencia, muy diferente a otras artes marciales, todo depende del enfoque personal de cada alumno, que si consigue profundizar y hacer que el arte marcial entre en él, puede otorgarle beneficios como, autodisciplina, control del cuerpo, la mente y el espíritu, salud y bienestar. -¿Cuál es el perfil de sus alumnos?

-Gente que desea aprender un arte Marcial tradicional y antiguo y con mucha fuerza de voluntad, dispuesto de verdad a aprenderlo en todas sus facetas.