
ARANTZA FURUNDARENA
Viernes, 25 de julio 2008, 13:00
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No hay nada más artificial que la pretendida languidez del macizo Darek Miroslaw haciéndose pasar por... 'El solitario'. Este verano el ex novio de Ana Obregón parece empeñado en ponernos un nudo en la garganta a todas, y a algunos, contando que él va a la playa, sí, pero que no tiene quién le dé crema en la espalda. (Criaturita...) Lo del apolíneo Miroslaw es casi tan increíble como la asombrosa historia del hombre embarazado.
El hombre embarazado ya ha dado a luz. Y como es una estrella mediática comparable a Matthew McConaughey, ha posado con su bebé en la portada de una revista. Tal vez usted, amable lector, vea en esa foto a un hombre recién parido. Yo, sinceramente, lo que veo es a una mujer barbuda. Eso sí, tan orgullosa de ser barbuda como lo estuvo Frida Kahlo de ser bigotuda. Lo cual, que yo sepa, no convirtió a la famosa pintora mexicana en Emiliano Zapata.
En fin, que esta buena mujer se sentirá muy hombre y en su derecho está, no digo yo que no (igual que el transexual que quiere entrar en el Ejército o tanta gente que habiendo nacido en un país se empeña en sentirse de otro), pero ese útero, esos ovarios y ese parto natural, de momento, la desmienten. ¿Que no tiene pecho? Bueno, pues como muchas mujeres, entre ellas, afamadas actrices y modelos. La propia Valeria Mazza siempre se ha quejado de estar como una tabla de planchar por no tener 'lolas' (como las llaman en Argentina), y aún así pasa por ser una de las 'tops' más cotizadas y sexys del planeta. ¿Que la señora en cuestión tiene mucho vello facial? Bueno, bueno... Tampoco hay que exagerar. Cuando llegue al nivel del 'transformista' Radovan Karadzic, hablamos. De momento, una barbita rala como la suya jamás ha impedido a una mujer ejercer como tal e incluso triunfar por todo lo alto, en la vida. ¡Y hasta en la copla!
Y encima después del parto ha declarado encantada: «No me ha quedado ni una sola estría». ¿Se puede hacer comentario más femenino? No, si ahora sólo falta que el hombre embarazado, al contemplar a su bebé, descubra con pavor cómo le brota el instinto maternal. Total, que de toda esta rocambolesca historia lo único que se me antoja fácilmente asimilable es el nombre de la recién nacida... Ah, discúlpenme un momento, que me acaba de llegar un mensaje al móvil y quiero ver de qué va. Lo firma BXVI. ¿Son las siglas de un rapero? ¡Noooo! Es el Papa, que ahora se comunica por 'sms' y en argot. Creo que quiere decirme que le está gustando este artículo... Muchas gracias, BMW, pero debo continuar.
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La niña se llama (y aquí sí que la cosa se pone de lo más convencional), Susan Juliette. Susan, de Susana. Y Juliette, de Julieta. Perfecto, ni lo muevas. Ya sólo habría faltado que la pobre criatura llevara uno de esos nombres inverosímiles que les ponen ahora las estrellas de Hollywood a sus hijos (Honor, Pax, Knox...) Iba a ser verla y exclamar la gente: ¡El padre que te parió!
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