
El único tramo de los carriles bici de la avenida de Salamanca que carece de los peligrosos bordillos de hormigón que los separan de la calzada, situado en el tramo en sentido a Arroyo que discurre entre el Puente Colgante y el frontón de la ladera sur de Parquesol (pasado el cruce con la avenida de Medina del Campo), acaba de ser objeto de la enésima intervención para intentar mejorar la seguridad de los ciclistas con la instalación de un centenar de balizas reflectantes (separadores de plásticos más voluminosos que los anteriores) en todo el trayecto.
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Los bordillos de hormigón, que fueron instalados entre los años 2005 y 2006, con motivo de la remodelación integral de la avenida, fueron retirados a finales de 2016 en el citado tramo de apenas un kilómetro y la previsión municipal pasa por retirarlos a medida que se lleven a cabo labores de asfaltado de la calzada. Apenas unos meses después se instalaron en dicho tramo unos pivotes de plásticos, que fueron desapareciendo en las semanas siguientes, y unas pequeñas balizas para señalizar el carril bici hacia Arroyo. A ellas se sumaron ayer mismo otro centenar de separadores para reforzar la señalización.
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