Bolas de abono en los jardines que rodean el Centro Cívico de Parquesol. J. S.

¿Qué son esas bolitas azules que se ven en el césped de los parques de Valladolid?

El abono granulado de liberación lenta permite que el tapiz verde de la ciudad asimile mejor los nutrientes

J. Asua

Valladolid

Martes, 5 de marzo 2019, 21:59

Igual a usted también le han llamado la atención. Si sabe de jardinería, no le habrán sorprendido, incluso es probable que la cuestión le parezca una perogrullada, pero a los que no son duchos en la materia les ha surgido la pregunta. De hecho, algunos vecinos se han dirigido a El Norte para interesarse por ello. '¿Y esas bolitas azules esparcidas por el césped de los muchos parques y jardines de Valladolid?' Se trata de abono granulado de liberación lenta. Contiene nitrógeno, fósforo y potasio y es el alimento de las zonas verdes de esta y de, prácticamente, todas las ciudades del país.

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Esta especie de perdigones se esparcen por los parterres de la capital. Se resquebrajan ellos solitos y van soltando sus componentes durante dos o tres meses hasta que terminan por desaparecer. Se utiliza este formato encapsulado con una dispersión pausada para que a la planta le de tiempo de aprovechar el menú.

Según explican en el Servicio de Parques y Jardines del Ayuntamiento de Valladolid, es la manera de que lo pueda 'digerir' mejor. En los céspedes 'de primor', como es el caso del de la plaza del Milenio, se realizan dos abonados de este tipo al año. En las praderas y jardines menos exclusivos, una vez cada ejercicio. Ojo si pasea con sus pequeños e intentan echar mano a los llamativos balines. Para los niños son 'caca'. Con los perros no hay problema. La nariz enseguida les advierte de que ahí no hay nada bueno que llevarse a la boca.

Y el escarificado

Y es que los fertilizantes que sueltan los nutrientes más rápido producen menos efecto y obligan a abonar con más frecuencia. Puede que causen una vistosa primera explosión de vigor y color, pero luego se viene abajo con más rapidez. Además, según aclaran los expertos del Grupo Lince, encargado del mantenimiento de varias áreas de la capital, pueden quemar el tapiz vegetal si no se aplican con cuidado. Esta práctica también afecta a la siega y, por tanto, al mantenimiento y ornato. Comer despacio sienta mejor.

Las bolitas de las que hablamos se pueden ver estos días en algunos jardines de Parquesol, donde se están distribuyendo para que el césped recupere poderío. Desde el servicio municipal acotan que este es un momento delicado para la gramínea por la transición del frío del invierno hacia la primavera. Además, aún no se ha comenzado la campaña de riego.

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La ciudad cuenta con cerca de doscientas hectáreas de césped repartidas entre jardines y praderas. La sequía que azotó Valladolid en 2017 le hizo daño, pero ha podido recuperarse. Además del abonado, los jardineros realizan otra labor importante para que la naturaleza urbana luzca con esplendor. Se trata del escarificado y consiste en 'arañar' de forma superficial el terreno para retirar los restos de raíces, de tierra y otros elementos vegetales que se han ido acumulando. En esas zonas, se aplica un mantillo y semilla para regenerarlo.

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