El aumento del consumo de productos frescos anuncia el fin de la crisis
Mercaolid califica la mejoría de «punto de inflexión» y la atribuye a la caída del paro, del euribor y la gasolina
Víctor Vela
Martes, 9 de agosto 2016, 21:00
La frase con la que Javier Pastor, gerente de la Unidad Alimentaria de Valladolid, descorcha la memoria anual de Mercaolid (recién publicada) apunta a tiempos mejores después de muchos ejercicios con los cinturones apretados. «Tras años de crisis de consumo, se puede considerar que 2015 ha marcado un punto de inflexión hacia la recuperación, aún no exento de sombras», explican desde el polígono alimentario mayorista más importante de la meseta norte, desde la despensa en la que se abastece la mayor parte de comercios de la comunidad. Un termómetro fiable para medir la temperatura del consumo vallisoletano. Y el mercurio dice que el cliente «empieza a adaptar sus hábitos de consumo a un tímido proceso de mejora».
La tendencia ya es favorable, ya que el consumo creció en 2015 el 1,7%, el mejor dato de los últimos siete años, el repunte más claro desde el inicio de la crisis, empujado por varios factores concatenados. El primero es una ligera recuperación del empleo, no siempre estable y de calidad, pero que al menos contribuye a mejorar la disposición de renta en los hogares. Aesto se une el euríbor negativo (que ha rebajado algunas hipotecas)y el abaratamiento de los combustibles. Llenar el depósito no ha sido tan caro como otros años, por lo que ha habido más dinero disponible para otros gastos.
«Quizá el aspecto más interesante ha sido el consumo de los productos frescos en la cesta de la compra, que creció el 3,3%», consignan desde Mercaolid. La cifra es significativa, porque se sitúa por encima del crecimiento registrado en los productos envasados (2,4%), lo que apunta a una nueva tendencia en el consumo. De hecho, la mayor parte de los supermercados y cadenas de distribución ha empezado a potenciar sus líneas de frescos como estrategia para fidelizar a los clientes.La recuperación se ha notado sobre todo en la venta de frutas y hortalizas. En el caso de Mercaolid, creció el 3,18%, gracias no solo a la mejora de las rentas de las familias, sino también a una meteorología benigna «que ha permitido alargar campañas de algunos productos», además de la «creciente penetración comercial en la región y de importantes campañas de comercialización realizadas por algunos operadores». El sector pesquero registró, sin embargo, nuevos datos negativos (-0,83%), con lo que se confirma que el pescado es el principal pagano de la crisis, aunque el sector compensó la caída de ventas con el incremento de precios medios.
Esta radiografía, con puntos positivos, tiene su traducción en «determinados indicadores» del comportamiento del consumidor. Durante el último año se ha detectado una menor cuota de las marcas blancas, un incremento de la innovación, la recuperación de nuevos valores comerciales y no solo el precio. Todo eso se ha dado, es cierto, pero desde Mercaolid recuerdan que «los hábitos de consumo adquiridos durante la larga crisis económica se van a mantener durante un tiempo». De ahí, por ejemplo, que todavía sea alta la presencia de productos de línea blanca en los frigos y despensas de los vallisoletanos.
Porque aún existen dudas, esas «sombras» que Pastor colocaba en la primera frase de la memoria de Mercaolid. Por ejemplo:«Una tasa de desempleo elevada, muy por encima de la media de la UE, un fuerte grado de envejecimiento poblacional, una pérdida de población en términos absolutos y una pérdida de disponibilidad de rentas en importantes sectores de la población española».
¿Detectan desde Mercaolid tendencias?Pues hay curiosidades. Por ejemplo, que la fruta más vendida es la naranja, pero lleva varios años de descenso, compensado con un crecimiento de la mandarina. Que la buena campaña incrementó las ventas de fresas y fresones y que la irregular cosecha complicó la de cerezas. Que el alto precio ha provocado un descenso de las frutas exóticas (solo resiste el kiwi). Que el bajo precio de la patata (el 55% procede de Castilla y León)produjo una «fuerte» subida de las ventas del tubérculo y que esa recuperación de la venta de productos frescos se ha notado mucho en las verduras y hortalizas.
¿Yqué pasa con el pescado?La memoria de Mercaolid reconoce que los vallisoletanos consumimos menos, aunque se detectan picos en Navidad y verano. «La crisis y la pérdida de disponibilidad de renta ha penalizado el consumo de productos pesqueros en favor de otros alternativos». Además, las pequeñas pescaderías han perdido cuota de mercado en favor de los supermercados de proximidad. El 37%del pescado fresco vendido en Mercaolid procede de Galicia, el 21% de países de la UE, el 11%del País Vasco y el 7%de Galicia. De los congelados, África (30%)e Iberoamérica (27%)son los principales caladeros.
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