Gusanos de seda
PPLL
Viernes, 21 de mayo 2010, 02:34
La industria agroalimentaria en Castilla y León está dando muestras de una debilidad preocupante, sobre todo en los sectores no dependientes de la viticultura. Una afección que viene padeciendo desde hace varios años. La administración autonómica, apasionada por un proyecto de futuro, se ha dejado un porcentaje importante para mantener en pie un tejido empresarial de un sector tocado por intereses y acuerdos firmados por terceras personas fuera de nuestra región. Esfuerzos para sustentar una mano de obra que, en muchos casos, han sido en vano; desánimos tras desánimos, a veces por culpa de las propias multinacionales, y otras, por grandes empresas con arraigo familiar que han vendido su negocio -cuando los beneficios eran más que plausibles- a compañías de otros países. Ello demuestra el poco talante empresarial para bien de un esfuerzo conjunto. Puede parecer que nuestra región carece de personalidad propia.
Aquellos que en su día se acogieron a un sinfín de ayudas o subvenciones -en ocasiones a fondo perdido- dispuestas por la administración autonómica, ahora, y dada la coyuntura por la que está pasado el sector, son capaces de echar el cerrojo, volando por la puerta de atrás y dejando una deuda que jamás devolverán. Desembolsos que han dañado un futuro, no sólo económico, de esta comunidad, dejando sin mira a otros pequeños empresarios del sector agroalimentario -sustento de muchas familias- sin posibilidad de trasformar su negocio, viendo en él un futuro incierto.
Llegados a este punto, deberíamos empezar a prestar más atención al pequeño y mediano empresario asentado en el medio rural, aquellos que casi seguro no van a salir corriendo, como ya lo han hecho algunas de las grandes industrias de capital extranjero, que han destruido más de una comarca y han dejado un desánimo difícilmente recuperable en el tiempo.
Empecemos a creer más en nuestros propios proyectos, dando carpetazo a inversiones faraónicas, aunando esfuerzos a medio plazo, donde estén presentes nuestras gentes, aquellos que hemos formado pensando en un beneficio en común, sin perderlos por el camino, para bien de una región marcada por su historia emprendedora.
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