Una utopía submarina

E l visionario Andrew Ryan se cansó de la hipocresía y la ineptitud del mundo en el que vivía, así que decidió construir su propia utopía en forma de ciudad submarina: Rapture. Allí reunió a algunas de las mentes más brillantes y libres de su época, dando lugar a una urbe que nadaba en el progreso y la abundancia hasta que todo se fue al traste. En ese punto da comienzo la aventura que protagonizaron los que jugaron al primer 'Bioshock', un juego de disparo en primera persona que destacó sobre todos los demás gracias a su maravillosa ambientación y su profundo argumento.

La primera parte salió hace tres años y demostró que un 'shooter' puede ofrecer mucho más que acción frenética y adrenalina. Vagabundear por los pasillos de la ciudad submarina, un mundo esperpéntico poblado por seres monstruosos que antaño fueron humanos, resultó ser una experiencia inolvidable. Poco a poco el jugador iba involucrándose en el misterio de Rapture y descubriendo siniestros personajes que bailaban en el filo de la locura. Junto a ellos una macabra decoración de los años sesenta y submarinos que podrían estar sacados de las novelas de Verne, habitaciones con documentos que narran épocas más felices y salones señoriales que han sucumbido a la humedad de las profundidades. Toda esta ambientación venía acompañada de un sistema de juego adictivo y competente, en el que se mezclaban las balas de armas de vapor con poderes sobrehumanos obtenidos por medio de mutaciones genéticas. El conjunto resultó ser un juego memorable.

Un universo muy seductor

'Bioshock 2' nace con la intención de mejorar el producto original puliendo sus puntos más débiles y continuando con la narración de este seductor universo. Y aunque se aprecian grandes similitudes con el producto original, es capaz de ofrecer interesantes novedades, entre las que destaca el ansiado modo multijugador. Además, el protagonista es ahora un 'Big Daddy', uno de los temibles monstruos con escafandra a los que había que enfrentarse en la primera parte. Controlando este gigante habrá que recorrer la ciudad una vez más pasando por encima de los desquiciados ciudadanos y seres que la habitan. Desde los primeros minutos de juego se percibe una mayor dosis de acción, que se traduce en ataques de enemigos muchos más numerosos y peligrosos, como las letales 'Big Sisters'. Mientras, el jugador tumba enemigos a diestro y siniestro, ahora tendrá también que hacerse cargo de las pequeñas niñas que le suministran un preciado elemento genético llamado Adam.

Sin embargo, aunque los patrones de juego son los mismos, se han perdido parte de los componentes intriga y aventura a favor de la acción sin descanso. Se acentúa además el componente estratégico, pudiendo elegir múltiples tácticas y formas de lucha gracias a las variadas armas y poderes, muy diferentes unos de otros y con sugestivas combinaciones. Entre ellos utilizaremos el taladro, ametralladoras, ballestas, lanzacohetes, escopetas y todo un repertorio de poderes: congelación, incineración, electricidad, telequinesia y distracciones varias. El elemento gráfico y la ambientación sonora han sido notablemente mejorados, y junto al doblaje español crean una experiencia absorbente.

En definitiva, 'Bioshock 2' continua de forma correcta con la gran obra creada en la primera parte y tiene suficientes añadidos como para hacerla más que interesante, aunque no supone ninguna revolución.