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Equipo cadete del CD San Cristóbal. Antonio Tanarro
Fútbol sala

El San Cristóbal no teme al Barça: «Nos da igual el nombre»

Tras ganar la liga con puño de hierro y eliminar a ElPozo, los segovianos no se sienten menos que nadie: «Como si se llama el CD Los Amigos, sabemos lo que tenemos que hacer, vamos a ir a por todas»

Sábado, 14 de junio 2025, 08:30

Los chavales de 14, 15 y 16 años del equipo cadete del CD San Cristóbal saben que tienen ante sí una oportunidad que puede no volver jamás. Un pueblo de escasos 3.000 habitantes se medirá el sábado en Móstoles al Barça en las semifinales del campeonato de España de la categoría. Los protagonistas son conscientes del escudo que tienen delante, pero no hay miedo. «Como si se llama el CD Los Amigos. Nos da igual el nombre, vamos a ir a por todas. Nosotros sabemos lo que tenemos que hacer; la presión es para ellos», comentan en grupo, convencidos antes del entrenamiento del martes, estrenando una camiseta hecha para la ocasión. Por eso posan sonrientes y sacan el puño. La ilusión de un adolescente que no ve imposibles pesa más que la lógica de comparar a una de las estructuras más poderosas del mundo con un club amateur. Y ellos quieren usar el escaparate. «Siempre puede haber alguien que diga, este chaval me gusta».

La familia de Álvaro Serrano, procedente de San Lorenzo, llegó al pueblo poco antes de que el naciera. Él es ya la generación autóctona. «Todavía no estaban las pistas de pádel ni habían reformado el frontón, solo estaba esto para jugar». El pabellón que contempla desde la grada, el lugar en el que fue enganchándose al fútbol sala, viendo partidos de los juveniles. Una infancia jugando en las pistas de la calle, alternando con polis y cacos, aunque sea por variar. «Es el deporte que más se practica aquí y mis amigos jugaban, así que nos metimos todos desde la escuela». Se puso su camiseta con cuatro años, el camino natural de un capitán. «Vengo con ganas a todos los entrenamientos y lo de esta temporada es un premio».

Porque el capitán también estuvo con el infantil regional que ganó la liga de Castilla y León y se dio con el techo en las eliminatorias del campeonato de España en 2023. Entonces cayeron en el bombo de Inter y solo pudieron ganar un partido. Dos años después, los mismos chavales, con algún retoque, volvían al año bueno, el segundo de cadete para la mayoría. «Ahora creo que somos más competitivos, nos sabemos poner en cada momento del partido. También hemos mejorado en calidad, tenemos más recursos». No es casual que hayan ganado la liga con mano de hierro: todo victorias, salvo un empate. Esa generación tenía una cuenta pendiente. «Con mucha ilusión, llevamos dándolo todo desde pretemporada».

Aitor Blanco, portero, se puso un manguito en el antebrazo cuando falleció su abuelo Ricardo y decidió que su abuela Rosa también se merecía uno. Así lleva en la piel a su familia de San Lorenzo, el club en el que jugaba hasta que se cambió hace cuatro años al Sancris, donde ya vivía. «Era una buena oportunidad. De estar jugando solo en Segovia a ir por Castilla y León y que me conozca más gente». Ganó no solo un equipo, sino una cuadrilla. «Empecé a salir con estos, el fútbol sala me ha dado amistades».

La prueba de que el Sancris es un club con un toque cada vez más provincial es Jorge Tablada, de Losana de Pirón, un pueblo con 60 habitantes censados, ninguno de su quinta. Así que el balón lo veía en la Play, jugando al FIFA. Era canterano del Segovia Futsal cuando el proyecto saltó por los aires en 2018 y buscó refugio en San Cristóbal, donde milita desde alevín gracias a que su padre hace de chofer. Es un grupo de orígenes muy diversos convertido en familia con Dani Useros como entrenador.

¿En qué es mejor el Barça que el Sancris? Entre los tres, improvisan la respuesta. «Ellos tienen toda Cataluña para elegir, todo el mundo quiere jugar en el Barça; hacen fichajes y nosotros somos los que estamos en el pueblo. Deben ser mejores en técnica porque se supone que los entrenadores tienen que saber más recursos, pero a nivel de ilusión y competitividad no nos gana nadie». Porque tienen la confianza por las nubes, pues en la fase previa apearon en Granada al Albolote, el anfitrión y dos cadetes de Primera como ElPozo Murcia y el Xota, navarro. «Cuando ves que les compites, te vienes arriba. Salimos a por todas, sabiendo que podíamos ganar».

Una aventura que se plasmó en el último partido contra ElPozo: una victoria valía el pase a la fase final. «Era la misma tensión en el minuto uno que en el 40. Es un partido de idas y venidas que no sabes cómo afrontar, pero te vas adaptando». Todo desemboca en los segovianos vaciando su portería en busca del 4-5 y encontrándolo a escasos 20 segundos del final. Jorge, desde el banquillo, lo pasó peor que nadie. «Sabía que iba a entrar, tenía toda la confianza». La tarea tuvo que cerrarla Aitor, con unas manos gigantes para alguien de 16 años. «Fue una oleada. Dieron un pase al segundo palo y tiraron a bocajarro a un metro mío. Pude pararla y ahí te sientes un rey». Se redimió después de encajar en el último segundo ante el Xota y en la primera parte de ese mismo partido. «No se vive del pasado, hay que seguir. No importan los errores que hayas cometidos que luego lo puedes arreglar». Y cuando mete algún gol desde su portería, lo celebra con los manguitos de sus abuelos.

El Sancris tiene una trampa añadida: el pueblo tiene fiestas este fin de semana. El club valoró la opción de pernoctar en Móstoles, pero la ayuda de la Real Federación Española de Fútbol se queda corta, así que viajarán en el día para un partido que se jugará a las 10:30 horas y que se podrá ver por streaming. «El viernes, en casa concentrados. Solo con decir a los amigos contra quién jugamos, lo tienen que entender. Igual no vuelve a pasar. Hay que aprovecharlo y darlo todo, luego no vale arrepentirse».

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