Entronización de San José Marello al sur de la provincia

La provincia de Salamanca fue el lugar elegido en 2012 por la Congregación de los Oblatos de San José para abrir su primera casa en España, concretamente en Linares de Riofrío, perteneciente a la Diócesis de Salamanca, donde se establecieron tres religiosos de esta orden procedentes de Perú, que desde aquel momento se hicieron cargo de diferentes parroquias del Arciprestazgo de la Sierra de Francia. Tras estos primeros religiosos llegaron otros, que mientras se formaban en la Universidad Pontificia de Salamanca ejercían su ministerio al sur de la provincia.

Hasta una treintena de parroquias llevan en estos momentos los religiosos peruanos que de esta congregación se encuentran en Linares de Riofrío, los cuales van cambiando pues se van unos y llegan otros.

Tras nueve años implantados en la provincia, la Congregación de los Oblatos de San José ha querido llevar la protección de su fundador, San José Marello, hasta estos municipios realizando un acto de 'entronización' en una de las iglesias, en representación de todas ellas, que tuvo lugar a las ocho de la tarde del pasado sábado en San Esteban de la Sierra.

Noé Alejandro Liñán, superior de la congregación en Salamanca, Henry Mahner Obregón y Luis Chumpén fueron los tres religiosos que presidieron la celebración, en la que el padre Noé fue el encargado de hacer una semblanza de su fundador, San José Marello, durante el sermón y de colocar, al finalizar la misa, un cuadro con una imagen del santo, previamente bendecida, en una de las paredes del templo.

De esta forma, Noé Alejandro Liñán explicó que después de San José, patrón de la Congregación, y al que se rindió honores el pasado 19 de marzo también en San Esteban de la Sierra con una celebración especial, ahora querían -coincidiendo con el 30 de mayo, fecha en la que San José Marello murió- realizar la «entronización de la imagen para que tengan otro protector» y todos los fieles «estén bajo su intercesión».

Sobre el fundador de la Congregación de los Oblatos de San José, el sacerdote explicó que antes de santo fue cristiano, nació el 26 de diciembre de 1844 en Turín (Italia) y tuvo una infancia llena de tristeza y sacrificio. Tenía un hermano, Víctor, y su madre murió cuando él tenía cuatro años. Desde ese momento se puso al amparo de la Virgen María y a los 12 años ingresó en el seminario.

Como cristiano, siempre estuvo dispuesto «a lo que Dios quisiera» y a vivir «bajo la providencia de Dios», destacando por su «piedad y disciplina». Pero su padre, a los 16 años, lo sacó del seminario para que estudiara arquitectura, pero él sentía un vacío en su interior y después de dos años volvió al seminario. Tras ser ordenado sacerdote se convierte en la ayuda personal del obispo y se encargaba, entre otras tareas, de escribir en latín los documentos de la diócesis.

El 14 de marzo de 1878, siendo sacerdote, fundó los Oblatos de San José, cuyas tres normas principales eran dar formación religiosa a la juventud, la devoción a San José y ayudar en las iglesias donde hubiera ausencia de sacerdotes diocesanos. Y esta última es, precisamente, la que ha traído a los miembros de la congregación peruana al sur de Salamanca.

José Marello fue nombrado obispo en 1888 y murió el 30 mayo de 1895; siendo canonizado el 25 de noviembre en 2001 por el papa Juan Pablo II, quien resumió la vida de San Pablo Marello con una frase: «Ordinario en las cosas extraordinarias».