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Luchadora y trabajadora. Hacía fácil lo difícil. Así recuerda a Minerva Sánchez Gamboa su hijo Alfonso, para el que además era «la mejor madre del mundo, fuerte, valiente, generosa y cariñosa». Con el dolor aún muy latente, pero con la seguridad y confianza que les supo transmitir «para dar lo mejor de nosotros mismos», siguen adelante Alfonso y Laura Pérez Sánchez, de 28 y 25 años, respectivamente, que perdieron a su madre el pasado 13 de enero. La muerte le sorprendió a los 58 años en el trabajo cuando se encontraba en una reunión en la fábrica de Seda, a la que dedicó toda su vida profesional. Un infarto fulminante contra el que nada pudieron hacer ni sus compañeros ni los servicios sanitarios acabó con su vida.
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Se licenció en Ciencias Químicas en la Universidad de Valladolid y en cuanto acabó los estudios en 1985 empezó a trabajar en Farmaprima, industria palentina que junto a Seda formaba parte de la compañía Seda Solubles. En sus comienzos, Minerva Sánchez era la encargada del proceso de descafeinización como de la revisión de la calidad del producto obtenido. Cuando Farmaprima y Seda se fusionaron, su trabajo se orientó a la dirección de todo el proceso de producción de café soluble. En esa época, se pusieron a punto los sistemas de extracción, crecimiento y ampliación de la factoría, y el método de liofilización del café soluble.
Después de tres generaciones de la familia Serrano llevando las riendas de la compañía, Seda sufrió el azote de la crisis económica, en 2011 entró en concurso de acreedores y fue adquirida por Olam Company, situaciones laborales difíciles «en las que mi madre trabajo dándolo todo, luchando y haciéndonos a nosotros luchadores», recuerda su hijo Alfonso, ahora asentado en Madrid igual que su hermana Laura, y que en estos días arropan como pueden a su padre. Alfonso Pérez Encabo, soriano de 59 años, conoció a Minerva en la Facultad de Ciencias de la UVA, donde coincidieron estudiando Químicas. Se casaron en 1990 y se asentaron en Palencia, donde ella comenzó a trabajar en Seda y él en la Universidad de Valladolid, donde es profesor de Química Orgánica.
Minerva Sánchez, inicialmente responsable de producción de la fábrica cafetera, pasó después a coordinar la producción y uso de energía incluyendo energías renovables, y su progresión laboral la llevó hasta el cargo de directora de producción de la planta. «Su deseo por mejorar y avanzar le llevó a realizar múltiples viajes profesionales para la consecución de diversos objetivos de la empresa, siempre con el esfuerzo y la constancia como grandes valores», agrega su hijo.
Minerva Sánchez Gamboa era la mayor de tres hermanas. Nacieron en Palencia «de casualidad, debido al trabajo de mi abuelo José Antonio, que era director financiero de una empresa, pero vivieron también en Bilbao, Barcelona, Canarias, Tanger, Valencia y Valladolid.
Madrid es el destino laboral al que han llegado Alfonso y Laura tras estudiar en el colegio Marista Castilla de Palencia y después en la universidad, él Químicas en la UVA, siguiendo la estela de sus padres;y ella, Farmacia en Salamanca.
«Mi madre siempre supo sacar lo mejor de cada uno de nosotros. Nos transmitió el valor del amor, del esfuerzo y la constancia, y nunca pidió nada a cambio por ello. Era una mujer excepcional y maravillosa en todos los aspectos de la vida. Nos animó a dar lo mejor de nosotros mismos, trasmitiéndonos seguridad y confianza. Un ejemplo a seguir y una fuerte guía en el camino», confiesa emocionado su hijo, incapaz de expresar el vacío que ha dejado la muerte de Minerva en la fábrica a la que dedicó 35 años de trabajo, pero sobre todo la inmensa oquedad que ha quedado en el corazón de su familia y de sus amigos.
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