Marta Fernández, Belén Colomina, Frederik Takkemberg y Odile Rodríguez de la Fuente José C. Castillo
VI Encuentros en Santa Cruz

El silencio como instrumento para el progreso y desarrollo de la sociedad

EL SILENCIO ·

La Universidad de Valladolid y el Foro de la Cultura organizan unas jornadas que invitan a recapacitar sobre la ausencia de la palabra

Andrea Díez

Valladolid

Domingo, 7 de julio 2024, 08:57

La exploración del silencio desde distintas dimensiones fue el tema central de conversación en las cinco mesas de diálogo organizadas entre el viernes y el sábado para abordar cuestiones como la búsqueda, el deseo o la imposición de la ausencia de la palabra. El rector de la Universidad de Valladolid, Antonio Largo y la vicerrectora de Comunicación, Cultura y Deporte de la UVa, Rebeca San José, dieron la bienvenida a los asistentes en la primera de las jornadas que tuvo lugar el viernes.

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La periodista y escritora Marta Fernández se encargó de moderar la mesa 'En busca del diálogo íntimo' en la que participaron Odile Rodríguez de la Fuente, Belén Colomina y Frederik Takkenberg. Se habló de conceptos como la comodidad, la mente parlante, la paz interior, la creatividad, la conexión con el medio ambiente y la oración contemplativa en relación con la comunicación interior. Para la psicóloga sanitaria y divulgadora Belén Colomina, «el silencio es regresar al estado natural, un espacio libre de toxicidad. Hemos perdido el hábito de escucharnos, nos hablamos mal internamente».

En esta línea, el artista plástico y fraile carmelita Frederik Takkemberg compartió con los asistentes la rutina en el monasterio de mantener el silencio catorce horas semanales. «Cuando rompes el silencio tienes que tener una buena razón, tener algo que decir que merezca la pena». Y añadió: «El arte de escuchar te hace percibir mejor las cosas. El problema radica en la falta del poder de escuchar». En cuanto al rol del silencio en la naturaleza, la bióloga, naturalista y divulgadora Odile Rodríguez de la Fuente apuntó que «el silencio no tiene por qué implicar ausencia de sonidos. Para mí implica comunión. Es un espacio donde uno conecta con uno mismo y con lo que le rodea».

En el proceso de relación entre la naturaleza y el ser humano «tenemos que generar espacios de reflexión porque esos momentos de escucha tienen transcendencia en nuestra vida personal», comentó. Las sesiones de conversación continuaron durante la jornada del sábado con dos mesas programadas por la mañana y otras dos por la tarde.

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Mesa 'El día que todo cambió'

Romper lo silencios, reconocer tus miedos y buscar ayuda para superarlos forman parte del aprendizaje en la vida pero también en sector deportivo. Los invitados a esta mesa compartieron sus experiencias personales con los asistentes a este encuentro en el que se habló de lucha, constancia y superación. El expresentador de Hermano Mayor e impulsor de la campaña nacional Sports Versus Buylling por institutos de toda España, Jero García, explicó: «El miedo es una emoción con una connotación negativa que hay que trabajar para transformarla en positiva». Y en el camino por romper los silencios expuso: «Lo más difícil es que pidan ayuda porque aparecen ansiedades, depresión y te hundes. Vulnerables somos todos».

Lourdes Mohedano, exgimnasta rítmica española, subcampeona olímpica en los Juegos Olímpicos de Río 2016, puso en valor la preparación psicológica, «No toleramos la frustración. Los jóvenes quieren siempre ganar. Buscamos la inmediatez, pero es muy importante el tiempo, la paciencia y mejorar. Hay que gestionar cuando algo te sale mal y lo importante también es gestionar la trayectoria de éxito».

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Y el atleta paralímpico español, Lorenzo Albaladejo, que expuso las dificultades que ha tenido que superar en su vida, señaló que «la mayor discriminación es que no te digan que eres tonto cuando haces una tontería. Un fallo enorme es pensar que no voy a decir lo que estoy viendo que haces mal por cómo te puede afectar». Aconsejó mantener el optimismo, rodearse de gente de confianza y atreverse a llorar y desahogarse. El periodista, Nico de Vicente fue el encargado de moderar esta mesa.

Cuatro mesas de diálogo entorno al silencio se organizaron para la jornada del sábado A.Mingueza

Mesa 'La sociedad del ruido'

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Con la premisa del silencio como un actor necesario para escuchar las palabras de los otros y la propuesta de disfrutar del arte de la escucha comenzó la segunda de las mesas de la mañana del sábado. «Las ciudades en los últimos años se han diseñado como lugares para la productividad» , comenzó comentándola la arquitecta y escritora Izaskun Chincilla, que dibujo durante su exposición un paisaje sonoro compuesto por sonidos que han ido variando a lo largo de la historia. «Ahora la sociedad reconoce que tiene una oportunidad de reverdecimiento de las ciudades especialmente después de la pandemia», apuntó.

 Por su parte, la doctora en Filosofía por la Universidad Complutense de Madrid Mónica Vallé explicó que «el silencio no es sinónimo de mutismo» y reflexionó sobre la observación contemplativa: «No somos capaces de estar sentados. La incapacidad para descansar en uno mismo se suple con un activismo enloquecido y enajenado relacionado con nuestra propia identidad. No hay un ocio contemplativo». Mientras que Manuel Saravia, doctor en Arquitectura y profesor titular de Urbanismo en la Escuela Superior de Arquitectura de Valladolid, apuntó que «en el paisaje sonoro actual hay más sensibilidad al ruido, somos hipersensibles» y, además, introdujo –en la conversación moderada por el periodista Paco Alcántara– otros conceptos como el de las comunidades acústicas y su rol en la actualidad.

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Mesa 'El silencio se crea'

Los procesos creativos necesitan del silencio o de silencios para concretarse en una idea, un texto o una fotografía. En este sentido, Remedios Zafra, doctora en Arte y licenciada en Antropología explicó que «el silencio es el momento deseado porque actualmente predomina prisa, ruido y hay una tendencia que dificulta los tiempos que se desean en la creación». Una afirmación con la que también estuvo de acuerdo la escritora y creadora multidisciplinar Brigitte Vasallo, que reconoció que «para buscar silencio lo que hago es apartarme» y alertó sobre el peligro de los pensamientos afirmativos: «Creo que es peligroso y nuestra función es hacer preguntas complejas y no simples. Propiciar preguntas y respuestas complejas y es necesario buscar el silencio».

A continuación, el moderador y dramaturgo José Manuel Mora dio paso al fotoperiodista, ganador dos veces del premio Pulitzer y del premio al Periodista del año en EE UU Emilio Morenatti que expuso las distintas dimensiones del silencio en su trabajo , en un monasterio de clausura, en Nepal con monjes tibetanos o durante la procesión del Silencio en Sevilla: «Es escalofriante porque solo se escuchan las pisadas de los nazarenos», pero lamentó que hoy en día «consumimos imágenes inmediatamente y estamos anestesiados como sociedad. No conseguimos hacer perdurar las historias».

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Mesa 'El silencio con mayúsculas'

La última de las mesas de la tarde, moderada por la periodista, María Ramos, abordó el silencio en momentos de la vida como la vejez, la muerte y también el sufrimiento. «La vejez es parte del ciclo vital del ser humano al que todos queremos llegar», apuntó Anna Freixas, psicóloga y pionera en la gerontología feminista, para la que la sociedad debería resignificar su definición. Habló también del comercio alrededor de la muerte y la necesidad de trabajar por lograr una muerte digna: «El silencio desarrolla el papel de ocultar y ennegrecer algo que no tiene por qué ser negro. La vejez puede ser brillante, interesante y divertida. Como sociedad debemos detenernos a reflexionar sobre ello» .

Y en la línea de la dignidad al final de la vida, Adela Muñoz Páez, catedrática de Química Inorgánica en la Universidad de Sevilla y divulgadora científica, reivindicó que «tenemos derecho y capacidad para discutir si llegado el momento tenemos una vida que es invivible, poder terminar con ella» y pidió un diálogo social libre independiente de «las tutelas religiosas». Y por su parte, el catedrático de Psiquiatría en la Universidad de Zaragoza Javier García Campayo compartió con los asistentes su perspectiva sobre la muerte, los silencios que la rodean y cómo afrontarla, «los silencios deberían ser deseados por cada uno. La felicidad no está fuera, está dentro de nosotros y tiene mucho que ver con el silencio que es el camino a la espiritualidad y también a la felicidad», comentó.

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